Con motivo de su presencia en el desfile de su buen amigo Eduardo Navarrete, el artista fue preguntado al respecto... y no se mordió la lengua. «Se busca polémica donde no la hay. Soy madrileño, y me siento orgulloso de que la Comunidad me haya elegido como embajador de mi ciudad favorita. Tengo la suerte de, por mi trabajo, conocer muchas ciudades del mundo. Nací en Madrid y quiero morir en Madrid. De hecho, vivo en el centro de Madrid». defendió.
Convertirse en ese histriónico camarero que comentaba las virtudes de la Villa y de la Comunidad en general fue una manera de devolverle lo que le habían dado. «Es de bien nacido ser agradecido, y seguiré agradeciendo que me hayan elegido como embajador. Entiendo que haya personas que les guste y personas que les guste menos, pero sobre todo soy una persona muy democrática. No creo en la tiranía ni en las dictaduras, y no creo en las dictaduras de las redes sociales», afirmó, contundente.
Preguntado directamente sobre las críticas recibidas, Vaquerizo no se mordió la lengua: «Me las paso por el mismísimo».
Su buena relación con Isabel Díaz Ayuso, que le defendió de manera pública cuando le estaban lloviendo las críticas, ha sido el foco principal de las iras de las redes, que han usado a Vaquerizo para enfangar la refriega política hasta límites que él no está dispuesto a aceptar.
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