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Especial Másteres

Reciclarse o reinventarse a los 50

Para los trabajadores sénior, los másteres pueden ser el pasaporte hacia la empleabilidad y un buen modo de estar al día de las novedades profesionales

B. González

Llegados a los cincuenta años, es habitual replantearse muchas cosas en la vida, incluyendo el aspecto laboral. Se suele ver como una edad complicada , por encontrarnos en un momento de transición, y correr el riesgo de quedarse atrás en campos como el tecnológico. De ahí que « la formación para los séniors es fundamental , pues deben conocer las exigencias de un mercado laboral que está en constante cambio y saber adaptarse a ellas», indica Álvaro Ceballos , sales manager de Randstad Professionals. «Para lograrlo, la formación adquiere un papel protagonista, porque amplía las habilidades y las competencias que necesitan para mantenerse actualizados y ser competitivos», añade.

Hay que tener en cuenta que encontrar trabajo es siempre una tarea difícil más para los mayores de cincuenta años . «La revolución tecnológica que se abre paso rodeada de una gran cantidad de recursos, metodologías y/o habilidades está provocando que ese talento sénior se esté convirtiendo en un activo estratégico en riesgo de pérdida», señala el portavoz de Randstad Professionals.

Actualización

Cada vez es más frecuente que el talento más veterano decida actualizar sus conocimientos y competencias a través de la realización de una formación de postgrado/máster. «Muchos de los másteres universitarios sí tienen un cariz de renovación y de reciclaje profesional que, perfectamente, pueden ser adecuados para cualquier persona que tenga inquietudes y mantenga aún su actividad laboral, independientemente de su edad», indica Beatriz Catalina-García , directora académica de Promoción y Difusión de Títulos de Postgrado de la URJC.

Con una ya desarrollada trayectoria profesional, estudiar un máster a los 50 supone «experiencia, poder estar al día de las últimas novedades en el campo profesional que estén inmersos y, además, aporta todas las herramientas para poder enfrentarse a un mercado cada vez más competitivo , ya no solo en el ámbito profesional, sino también en el académico e investigador», añade.

Otro aspecto que los expertos consideran muy positivo es el del intercambio intergeneracional que se produce, «extremadamente motivador tanto para los adultos como para los jóvenes».

Para Beatriz Catalina-García gracias a esta mezcla «los mayores ganan en su autoestima al ver que, a pesar de la edad, pueden seguir estudiando en un nivel superior y en igualdad de condiciones que las mentes más jóvenes». Mientras que «los de menos edad aprenden de la experiencia de sus mayores en un ambiente de compañerismo que, en otros entornos, es posible que no lo encuentren», defiende.

Empleabilidad

El representante de Randstad Professionals recuerda también que tras la crisis provocada por el coronavirus , «las empresas van a necesitar a profesionales muy cualificados y especializados. En este sentido, la formación va a mejorar, sin lugar a dudas, la empleabilidad de este colectivo, pues le va a permitir que puedan especializarse con un aprendizaje adaptado a las necesidades laborales que demanden determinados perfiles».

En este contexto de incertidumbre, de inseguridad y de inestabilidad laboral que nos deja la pandemia, «los profesionales séniors van a tener un papel fundamental, a la hora de desplegar sus habilidades directivas y guiar a los más jóvenes dentro de las organizaciones». Se trata de un perfil que aporta una gran experiencia y conocimiento de la empresa, de los productos, procedimientos, procesos, etc. «Un know-how muy valioso para la organización», puntualiza.

Y no hay que olvidar que los profesionales de más edad presentan, entre otras muchas virtudes, «una fuerte ética del trabajo unida a una gran cultura del esfuerzo que marcan de manera determinante su disciplina y carácter a la hora de enfrentarse a un nuevo desafío».

Desde la Universidad Rey Juan Carlos consideran que además de ayudar a encontrar trabajo, el máster les impulsa enormemente a reciclarse . «En una situación como la actual en la que, lamentablemente, la oferta de empleo es mucho menor que la demanda , quien esté más preparado académicamente incrementará exponencialmente sus opciones para conseguir un trabajo».

Hay que recordar también que la mayoría de los másteres universitarios incorporan, dentro de su itinerario formativo, una asignatura obligatoria de Prácticas Externas cuyo principal objetivo es ponerles en contacto directo con el sector económico y empresarial del país.

Distintos perfiles

Bibiana Camba , directora de Desarrollo Internacional de EADA Business School, diferencia dos tipos de perfiles entre los estudiantes de máster a partir de los 50 años. «Aquellos perfiles que están en una posición técnica y necesitan seguir actualizando conocimientos y aquellos que se han visto afectados por la digitalización». En el caso de mandos intermedios, se reciclan para «afrontar la gestión desde el punto de vista de la innovación y la sostenibilidad».

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