Así se colocan unos brackets

Tomada la decisión por parte del paciente, los ortodoncistas realizan en primer lugar una valoración inicial de la boca del paciente. Para ello, proceden a hacer un estudio fotográfico intraoral (dentro de la boca) y extraoral (por fuera, para estudiar la estética facial, la sonrisa, si se ve mucho la encía...).

Posteriormente se realiza una radiografía lateral de cráneo con la que se realizan cefalometrías, para saber cómo están colocados los dientes, si la mandíbula es grande o pequeña, etc. Toda esta primera consulta tiene una duración aproximada de treinta minutos.

En la siguiente consulta se determina el tipo de aparato que se va a colocar: brackets de zafiro transparentes, linguales que van colocados en la cara interna de los dientes, ortodoncia invisible, más conocida como Invisalign que ni siquiera necesita brackets para alinear los dientes....

La colocación de los brackets no es molesta y se tarda en poner cerca de tres cuartos de hora. «La sensación inicial en la colocación de la aparatología nunca es de dolor, sino de presión debido al movimiento de las fibras periodontales que unen el diente con el hueso. Hay pacientes que apenas notan la presión y, en otros casos, están molestos sólo los primeros días. Para estos casos les recomendamos paracetamol», explica Patricia Bratos.

A partir de ahí, el paciente tendrá que volver una vez al mes a consulta para que le vuelvan a reactivar la fuerza de la presión. Los tratamientos pueden durar una media de año y medio y los precios oscilan entre los 2.500 a los 7.000 euros.