«Se tomaba muy en serio su papel de abuela», recuerda la nieta tejana de Thatcher

Amanda Thatcher, la hija de 21 años de Mark Thatcher, desvela en el «Daily Telegraph» la huella en su vida de la exprimera ministra británica, que le encomendó una de las lecturas de su funeral

«Se tomaba muy en serio su papel de abuela», recuerda la nieta tejana de Thatcher AFP

borja bergareche

«Ponte la armadura completa de Dios, así podrás resistir a las artimañas del demonio». Por expreso de su abuela, Amanda Thatcher tuvo que armarse de valor y realizar una de las dos lecturas seleccionadas meticulosamente por la Dama de Hierro para su propio funeral. La otra voz que se alzó proclamando el Evangelio de San Juan ante los 2.000 asistentes y la Reina de Inglaterra en la catedral de San Pablo de Londres fue la del primer ministro, David Cameron. También por deseo expreso de Margaret Thatcher, que dejó instrucciones muy precisas sobre su propia muerte.

Tras el funeral, se quedó dormida en el suelo de casa de su abuela en BelgraviaFue una jornada agotadora para la joven, que acababa de cumplir veinte años cuando su abuela murió en abril del año pasado a los 87 años de edad. Es hija de Mark Thatcher y de su primera mujer, la estadounidense Diane Beckett. Estaba en el campo de atletismo de su college en Dallas cuando comenzó a recibir mensajes de condolencia. Su familia todavía no había tenido tiempo de comunicarle la noticia, y se cayó de rodillas en medio de la pista. En su colegio en Texas, donde llegó en 2005 tras la separación de sus padres, toda la vida habían pensado que con quien estaba emparentada era con la Reina de Inglaterra.

El día del funeral en Londres, se quedó dormida en el suelo mismo de la residencia de Thatcher en Chester Square, en Belgravia. «Quería mucho a esa mujer, le echo mucho de menos», confiesa ahora al « Daily Telegraph », que publicaba ayer la primera entrevista concedida por la joven a la prensa, después de que miles de personas quedaran prendadas con su voz firme en un cuerpo menudo vestido de luto riguroso. Aunque vivieron casi siempre separados, compartieron muchas veladas con su abuela en Navidades y viajes familiares, incluso con la enfermedad mental de la exprimera ministra bien avanzada.

«Era maravilloso», le dijo de su marido, Denis

Así, de una visita en 2012 durante las Olimpiadas de Londres Amanda recuerda que «todavía era brillante, tenía mucha perspicacia, carácter y vida todavía», recuerda. En un momento, escucharon juntas a un coro de gospel en la televisión, y Amanda le preguntó si su abuelo Denis Thatcher, muerto en 2003, tenía buena voz. «Ah, sí...», dijo la anciana octogenaria. «Era maravilloso», recordó, derrotando los síntomas de demencia con el poso del cariño a su fiel esposo y compañero.

De niña creció en Estados Unidos hasta que los problemas con el fisco de su padre llevaron a la familia a Sudáfrica en 1996. Allí, la fama de mercenario y conflictivo persiguió al hijo varón de Thatcher, hasta que fue condenado en el país surafricano en 2004 por su participación en un intento de golpe de Estado en Guinea Ecuatorial. El régimen de Teodoro Obiang acusó entonces, entre otros, al gobierno de José María Aznar de apoyar al batallón de mercenarios que, según la justicia surafricana, dirigía Mark Thatcher. Tras la sentencia, los padres de Amanda se divorciaron.

Pero ella y su hermano Michael tuvieron tiempo de sobra de pasar tiempo junto a su abuela, «jubilada» ya de sus tareas políticas. Amanda Thatcher, que ahora tiene 21 años, recuerda en la entrevista otra ocasión en la que se quedó dormida por mediación de su abuela paterna, en Ciudad del Cabo. Su abuela le estaba leyendo, antes de acostarse, el cuento de la rosa que se sacrificó para salvar a una paloma. La niña tenía solo seis años. Pero Thatcher abandonó la historia infantil para compartir con ella anécdotas de la Guerra de las Malvinas de 1982, cuando la Dama de Hierro derrotó a la dictadura argentina.

Con seis años, su abuela le mezcló un cuento infantil con historias de las Malvinas«Quería que supiera que no fue fácil, pero que fue una decisión importante», recuerda Amanda. Un sacrificio necesario, le decía su abuela. «Es uno de mis recuerdos preferidos porque incorpora su papel de abuela con el hecho de que en su día dirigía un país», dice la joven al rotativo londinense. «Se tomaba muy en serio su papel como abuela», recuerda. «Thatcher aspiró a conquistar un mundo de hombres: las finanzas, la guerra y el poder», explicaba a ABC hace un año Charles Moore, exdirector de «The Daily Telegraph» y autor de la biografía definitiva sobre la líder conservadora.

Cuando Amanda nació en Dallas en 1993, habían pasado ya casi tres años desde la salida del diez de Downing Street de la primera mujer en ocuparlo en calidad de jefa de gobierno, y no de consorte. Incluso después del divorcio de su hijo, Margaret Thatcher (1925-2013) pasó varias Navidades en Estados Unidos con su nuera y sus dos nietos, Michael y Amanda. Una cercanía reflejada en la reacción de esta última ante las preguntas por el retrato que hizo Meryl Streep en la película sobre una Thatcher anciana y demente . «Creo que existe la falsa percepción de que simplemente terminó siendo víctima de la edad y de su enfermedad, y no fue así», reivindica.

La joven estadounidense, en todo caso, aclara que no tiene intención de hacer carrera política. «El mundo no volverá a conocer a otra Margaret Thatcher, así que dejen de buscarlo», dice, poniendo fin a la insinuación.

«Se tomaba muy en serio su papel de abuela», recuerda la nieta tejana de Thatcher

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios