Urtasun no acudió a la reapertura de Notre Dame porque estaba en el circo

El ministro de Cultura, que cubre la cuota de Sumar en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, tenía un «compromiso familiar» ineludible: ir al circo. El sábado asistió a la sesión de las 18.30 horas de Circlassica, el espectáculo circense que alberga el recinto ferial de Ifema en Madrid, según confirmó ayer la propia compañía a ABC. Es decir, Urtasun declinó y cambió una invitación personal del Elíseo por violines y malabaristas, perdiendo así la oportunidad de coincidir con mandatarios de la talla del estadounidense Donald Trump o el ucraniano Volodímir Zelenskii.

Este lunes, ha comparecido ante los medios de comunicación en calidad de portavoz de Movimiento Sumar (paraguas de la coalición hasta la marcha de Yolanda Díaz en junio) y acogiéndose a esa excusa, ha rehusado responder a preguntas sobre el asunto hasta en tres ocasiones: «Hoy no toca hablar de eso», ha dicho a la par que se ha escudado en que él «jamás» hace valoraciones como ministro en las ruedas de prensa del partido si bien es cierto que en anteriores ocasiones sí que se ha pronunciado, en calidad de miembro del Gobierno, respecto a otros asuntos como los presupuestos generales o la reducción de la jornada labora. «Lo lamento. Habrá otros momentos a lo largo de la semana», ha insistido.

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Desde el ala socialista de La Moncloa descargan toda culpa sobre el ministro Urtasun –y por tanto, sobre Sumar–, ya que el Ejecutivo de Emmanuel Macron cursó hace semanas invitaciones «indelegables» de cara a la ceremonia en Notre Dame tanto para el ministro como para Don Felipe y Doña Letizia. Pero en Cultura niegan la mayor y sacuden responsabilidades, señalando incluso que «el día de antes del evento se abrieron» a otros miembros del Gobierno para que pudiesen acudir en caso de que fuera tal la voluntad. La prueba, ejemplifican, es que asistieron jefes de Estado y Gobierno como fue el caso de los italianos Sergio Matarella y Giorgia Meloni, que viajaron juntos a París.

Cultura redirige así la polémica al Ministerio de Exteriores que dirige José Manuel Albares, a quien atribuyen la coordinación de la política exterior de nuestro país y por tanto, de la agenda internacional tanto del Gobierno como de la Casa de Su Majestad el Rey. «Todo el mundo sabe quién la dirige y no es Ernest Urtasun. Les tocaba a ellos coordinar y se han dado cuenta de que se han equivocado», deslizan las mismas fuentes consultadas, apuntando directamente al socialista.

A partir de la carta de respuesta de Urtasun al Elíseo, en la que este se limtó a excusar su asistencia, Cultura se desentiende de la gestión de la inaiguración de Notre Dame. Censuran, además, que ningún otro mimebro del Ejecutivo de Sánchez se dirigiera a Cultura para interesarse sobre el asunto: «Nadie le consultó ni preguntó nada al ministro», denuncian. Mismo argumento empleado por Exteriores, que en conversación con este diario, se desmarca y asegura no haber recibido tampoco «ninguna consulta sobre estas invitaciones».

Si bien Cultura admite que debería haber viajado alguna autoridad en nombre de España a la capital francesa, restan importancia al 'plantón' a Macron, ya que hubo otros muchos países que no mandaron representación y que tampoco fue el Papa Francisco. En este sentido, opinan que se ha montado una «macropelícula» de todo este asunto y que el PSOE, que en privado, dicen, niega estar echándoles la culpa, usa a Urtasun como «saco de boxeo». Aun así, descartan «abrir un guerra» contra Ferraz. Motivo por el cual, explican, el ministro habría optado por el silencio en público hasta la fecha.

Los Reyes, por su parte, permanecieron todo el fin de semana en Madrid, según ha podido saber ABC. Pero se desconocen los motivos que llevaron a la Casa del Rey a declinar la invitación a la inauguración de Notre Dame.

Desde el Palacio de la Zarzuela nunca entran a considerar las razones por las que la jefatura del Estado decide asistir o no a un acto al que se invita a los Reyes. Entienden que son muchas las propuestas que les llegan a diario y que sería inabarcable dar contestación formal y pública a todas las que declinan, en la mayoría de los casos por compromisos de agenda cerrados previamente y que suponen incompatibilidades por razones de horarios.

Otra cosa distinta hubiera sido que desde la Casa del Rey hubieran confirmado desde el principio la presencia de Don Felipe y Doña Letizia en la inauguración de Notre Dame. En ese caso, si después hubiera surgido cualquier imprevisto que imposibilitase el viaje, sí habrían dado una explicación sobre el cambio que habría transcendido a los medios de comunicación.