Trece etarras de Bildu, blanqueados por el PSOE, ocupan hoy cargos públicos

De los más de cuarenta etarras que coparon las primeras listas de Bildu para el 28M en el País Vasco y Navarra, algo que marcó entonces la campaña electoral tras ser denunciado por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), quince fueron electos tras los comicios, aunque sólo trece cuentan ahora con un cargo público puesto que dos de ellos, Begoña Uzkudun y Juan Carlos Arriaga, vieron retirada su candidatura al estar condenados por delitos de sangre, según informó El Correo.

Entre quienes sí son representantes públicos se encuentra Adolfo Araiz, hoy diputado de Bildu en el Parlamento navarro, y que en otro tiempo calificaba a los etarras como «altruistas», además de idear la «socialización del sufrimiento». Una premisa para que el conjunto de la sociedad sintiese el «conflicto» entre España y el País Vasco y que en la práctica supuso que los objetivos de los atentados se ampliasen a cualquier espacio donde pudiera verse afectada la población civil.

En el grupo también hay tres alcaldes vizcaínos. Andoni Lariz, condenado en Francia a cinco años de prisión por pertenecer al aparato logístico de ETA, encargado de aportar a los comandos los medios necesarios para perpetrar los ataques, ahora dirige el Ayuntamiento de Ziortza-Bolivar. También se hizo con la alcaldía, en este caso de Otxandio, Egoitz Garmendia, detenido en 2010 por su pertenencia a Ekin, considerado entonces uno de los brazos políticos más duros de la organización. Por su parte, Urtza Alkorta, está al frente del consistorio en el municipio costero de Ondarroa. Antes de desarrollar esta función pública, en 2013, fue condenada a cinco años de cárcel por colaborar con la organización terrorista.

Además, hay diferentes cargos de Bildu con un pasado vinculado con el terrorismo que ocupan puestos de concejales en distintos puntos del País Vasco y Navarra. Es el caso de Zaloa Zenarrutzabeitia y de Urko Mantzizidor, en dos pueblos de Vizcaya como Etxebarria y Busturia, respectivamente. La primera, recibió una condena de seis años por pertenencia. En concreto, formaba parte de Segi, las juvetudes etarras. El segundo cuenta con dos condenas de cárcel. Una del año 2004 por sabotear a entidades bancarias y financieras y otra, anterior, ede 2002, por atacar la sede del PNV en un municipio aledaño. Ahora, comparte el pleno del Ayuntamiento con esa misma formación, que retuvo la alcaldía el 28M.

En Guipúzcoa, Asier Altuna encabezó la lista de Bildu en Azkoitia, donde ahora desempeña también las labores de concejal en la corporación municipal. Hace ya cerca de veinte años, en 2005, era condenado a cinco años de prisión por realizar traslados y vigilancias en la preparación de un asesinato. Por otro lado, Aloña Muñoa hoy concejal por Bildu en el municipio de Ormaiztegi, estuvo relacionada con el «comando Ttotto», grupo que asesinó al periodista José Luis López de Lacalle, siendo la pareja sentimental del autor material del crimen. En Segura, un pueblo guipuzcoano de poco más de mil habitantes, también es concejal de Bildu Egoitz Apaolaza, que cuenta con una sentencia de cárcel por integración en organización terrorista como dirigente de Batasuna.

La lista continúa en plenos de Ayuntamientos alaveses y navarros. Gorka Betolaza, número tres de la formación 'abertzale' en Barrundia, también fue electo en las últimas municipales. Pero antes de esto recibió sendas sentencias, de seis y de cuatro años de prisión, por pertenencia a organización terrorista y atacar diferentes sucursales bancarias en la ciudad de Vitoria. También en Álava, concretamente en Llodio, trabaja como concejal Sonia Respaldiza, cuyo nombre apareció en papeles de la jefatura militar de ETA, donde se hablaba de su posible incorporación a un «comando armado».

Por último, en Navarra, son concejales Jon Garai e Iker Isiegas. El primero, número tres de Bildu en Ansoain, fue condenado en 2016 a 2 años de prisión por un delito de integración en organización terrorista como dirigente de Batasuna. Isiegas, ahora en el consistorio de Basaburua, fue sentenciado a tres años de cárcel al tratar de colocar una bomba a finales de los noventa.