Robles rectifica y vuelve a adjudicar el concurso de traductores de ucraniano
Tras un primer proceso con claras grietas de seguridad, da el contrato a Eulen
Defensa trabaja en programas de armamento por más de 50.000 millones de euros
Entrenamiento de militares ucranianos en Zaragoza
El pasado 15 de enero ABC denunció las grietas de seguridad que había en una adjudicación del Ministerio de Defensa de un contrato para traductores de ucraniano por más de ocho millones de euros. Tras la publicación de la información, el Ministerio de ... Defensa decidió anular el concurso, que había ganado una empresa de un libanés creada sólo 15 meses antes, y convocar otro. Ahora se ha resuelto la nueva adjudicación, que ha ganado Eulen, una firma española con una larga trayectoria y solvencia incuestionable.
Eulen ya había sido una de las empresas que se habían presentado al primer concurso y curiosamente había quedado en segundo lugar de las que cuatro que habían concurrido, con un total de 81,38 puntos, frente a los 115 que sumó la empresa entonces ganadora, Oncall Europa SL. Esta sociedad fue creada en septiembre de 2022; no tenía empleados, al menos hasta finales de ese año; fue expulsada en septiembre de otros dos concursos públicos por incurrir en baja temeraria sin poder justificarlo y su propietario presentó como garantía de su solvencia económica un Documento Europeo Único de Contratación (DEUC) firmado por un empresario con doble nacionalidad, australiana y chipriota, dueño de cuatro sociedades en Australia, Bélgica, Reino Unido y Nueva Zelanda.
Para las Fuerzas Armadas este contrato es de máxima sensibilidad porque, para poder hacer su trabajo, los traductores que pone a disposición la empresa adjudicataria tienen acceso a cursos en los que se imparten técnicas militares que luego podrían, en su caso, utilizar en acciones hostiles contra España o terceros estados. En buena parte de los países de la OTAN son los propios militares de cada uno de sus ejércitos los que hacen de traductores, lo que garantiza el mayor nivel de seguridad. Y España también lo hizo así en un principio, por ejemplo con personal de la Base Aérea de Zaragoza que en octubre de 2022 impartió un curso de instrucción a un contingente de ucranianos.
Sin embargo, Defensa decidió externalizar ese servicio a partir de entonces y contrató a una empresa, Ofilingua, que ha trabajado en este proyecto hasta finales del año pasado. Esta sociedad tenía varias ventajas: había trabajado ya con las Fuerzas de Seguridad a plena satisfacción, por lo que era de sobra conocida; permitía que el Ministerio de Defensa testase de forma previa a cada traductor, de modo que si el perfil de alguno de ellos suscitaba dudas desde el punto de vista de la seguridad, como sucedió en dos ocasiones, se les podía rechazar; y además el empresario es español y se mostraba muy colaborador con todo lo que se le planteaba en esta materia.
Cuando el contrato fue adjudicado a Oncall Europa, tanto Ofilingua como Eulen recurrieron la resolución, logrando su anulación y expulsión de la sociedad de dueño libanés, según consta en una resolución firmada por el director de Asuntos Económicos del Ejército de Tierra, Justino Tamargo Sierra. Entonces el Ministerio de Defensa repitió el procedimiento con tramitación urgente para los mismos servicios de traducción e interpretación y también con el mismo importe, 7,6 millones más IVA, que fue otorgado a Eulen.
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ContinuarEl entrenamiento de militares ucranianos en España se desarrolla desde noviembre de 2022 y lo coordina el Ejército de Tierra dentro de una misión de la Unión Europea. Desde entonces ha formado a soldados llegados de Kiev en múltiples disciplinas, desde el entrenamiento básico de combatientes sin experiencia previa hasta el manejo y mantenimiento de carros de combate, sistemas de defensa antiaérea, desactivado de artefactos explosivos o técnicas básicas de primeros auxilios.