El PSOE rinde cuentas a Junts lejos de España y tutelado por extranjeros
La primera cita para revisar los pactos de investidura será en Suiza y tutelada por un mediador extranjero
Videoanálisis de Juan Fernández-Miranda | Cita a ciegas del PSOE y Junts fuera de España y con verificador internacional: ¿y la transparencia, pa' cuándo?
Ginebra, continuación del 'procés' y aliado del independentismo catalán

Pese a que el Gobierno y el PSOE llevan días jugando al despiste, finalmente, habrá una reunión entre emisarios de Pedro Sánchez y de Carles Puigdemont, este sábado, en Ginebra (Suiza). Será opaca, tras destaparse ayer su secreto, sin explicaciones a los ... medios de comunicación y por primera vez con el verificador o mediador internacional que exigieron los independentistas y que el Ejecutivo tilda ahora eufemísticamente de «acompañante».
En realidad, se sigue, en todo, el paso marcado por Junts en el acuerdo alcanzado en Bruselas (Bélgica) con los socialistas el pasado 9 de noviembre, que desbloqueó definitivamente la investidura de Sánchez. Habrá reunión, se celebrará fuera de España y no será estrictamente en noviembre, como especificaba el acuerdo, pero apenas dos días después de que termine este mes. Y una vez que se sienten a ambos lados de una mesa, los temas a tratar son claros, como también constaba en el acuerdo entre ambas formaciones.
El primero de ellos, el referéndum de independencia para Cataluña que los separatistas insisten en reivindicar, considerando que cabe en el artículo 92 de la Constitución. El segundo, la cesión del 100% de los impuestos a la Generalitat. El tercero, la ley de amnistía para Puigdemont y el resto de los encausados por el 'procés', algo que ya está registrado como proposición de ley por el PSOE en el Congreso. Y el cuarto, según reza el acuerdo, «la ampliación de la participación directa de Cataluña en las instituciones europeas y demás organismos y entidades internacionales«.
Pero además de todo esto, y como también dicta el acuerdo, se hablará de la «estabilidad de la legislatura», que estará «sujeta a los avances y cumplimientos de los acuerdos».
El secretario de Organización del PSOE,Santos Cerdán, quien se dejó ver por primera vez con Puigdemont en Bruselas (junto a una enorme fotografía de una urna del 1-O que el departamento de prensa del PSOE ocultó manipulando el ángulo de la cámara) y que firmó con Junts en la capital comunitaria el pasado día 9, confirmó ayer la reunión en el patio del Congreso, después de que la hubiera adelantado 'El Confidencial'.
«Reunión de trabajo»
Lo hizo a la salida de la apertura solemne de las Cortes Generales, presidida por los Reyes y la Princesa Leonor, con tono enfadado y sin detenerse en ningún momento ante los informadores. A la carrera, el número tres del PSOE trató de dar apariencia de normalidad a que la gobernabilidad y «estabilidad» de España se negocie en el extranjero: «Hemos cuadrado las agendas y habrá una reunión. Muchas gracias. Es una reunión de trabajo, nada más. Por favor, anunciamos cuando hicimos el acuerdo que iba a haber reuniones de este tipo. No es la primera ni va a ser la última, por lo tanto, no hay que darle más importancia a una reunión que es de trabajo«. Fue todo lo que dijo en apenas 30 segundos, y esquivando la mayor parte de las preguntas.
Aunque terminada la mañana no fue el más parco de los dirigentes socialistas. Casi todos sortearon con la pericia que dan las horas de vuelo el enjambre de cámaras y micrófonos. En el caso de la vicepresidenta cuarta, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, con un rápido giro sobre sus propios pasos que desmintió que sea siempre la línea recta la más corta o rápida entre dos puntos. Parecido quiebro hizo el 'superministro' de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, o la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría.
Peor suerte tuvo una de las novatas, la titular de Seguridad Social, Elma Saiz, a la que sí interesaba detenerse ante los informadores para cantar la buena nueva de la revalorización de las pensiones tras el último dato de inflación, pero que como peaje tuvo que contestar preguntas sobre la reunión en Ginebra. Aunque sin salirse del consabido argumentario: «Es el diálogo, es la escucha y son las reglas de la democracia las que nos han llevado hasta aquí, hoy. Comienzo de la decimoquinta legislatura«.
Una cuestión de partidos
El Gobierno trata, en términos futbolísticos, de 'dormir el partido', en línea con las palabras de Cerdán. En La Moncloa, incluso, altísimos dirigentes aseguran en privado que es una cuestión que atañe exclusivamente a dos partidos políticos, como si quien mueve los hilos del Gobierno y de Ferraz no fuese la misma persona.
Transmiten, por lo demás, que el «acompañante», el eufemismo de verificador o mediador que ya empieza a hacer fortuna, es un elemento más que puede ayudar a vencer la desconfianza entre los socialistas y la derecha independentista de Puigdemont. E incluso se admite que el de la amnistía es ya un asunto que ni siquiera será objeto especial de esas conversaciones fuera de España, dado que el del olvido legal para los delitos relacionados con el golpe secesionista es un asunto vehiculado a través de una proposición de ley, la que presentó en solitario el PSOE antes de la investidura, y con el fin de garantizar el voto de los siete diputados de Junts.
Dado que esa amnistía se debatirá a partir de ahora con luz y taquígrafos (en este caso sí) en el Congreso y también en el Senado, lo que se aborde ante el verificador internacional –un tipo de mediación que suele operar entre bandos de una guerra o estados soberanos en conflicto, pero no entre formaciones políticas de un mismo país– parece más bien encaminado a lo referente a una consulta de secesión sólo en Cataluña. La misma que Sánchez y los dirigentes del PSOE han venido negando, con la misma intensidad que lo hicieron sobre la amnistía ya en marcha.
Advertencia de Puigdemont
Al encuentro, en cualquier caso, llegará Cerdán con una primera advertencia por boca de Puigdemont. Desde Bruselas, el expresidente autonómico dijo a la revista 'Politico' que, si «no hay avances suficientes» para sus intereses en las negociaciones, Junts podría sumar sus votos a los del PP con la vista puesta en leyes determinantes, como la de los presupuestos, o incluso en una hipotética moción de censura presentada por Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, quien, sin embargo, ayer –preguntado por esto– zanjó cualquier posibilidad al señalar que a él, a diferencia de a Sánchez, no le hace presidente Puigdemont.
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