El PP deja morir el choque entre cámaras para no enturbiar al Tribunal Constitucional

Un escrito registrado a primera hora del martes resumía las intenciones del PP: «Suspender el acuerdo adoptado por el pleno el 10 de abril sobre el planteamiento de un conflicto de atribuciones, en espera de que, en su caso, la Cámara Baja pueda pronunciarse en la forma correcta». El documento confirmaba lo que era ya un hecho consumado, que los populares dejaban morir el choque institucional y que no lo elevarían al Tribunal Constitucional. Una bala menos a la hora de intentar frenar la amnistía. Decisión incómoda que muchos sectores no terminaron de entender. Entre ellos, algunos de los senadores del grupo, escépticos por cómo se ha manejado todo el asunto del choque de atribuciones. Un resorte legal que en un principio se descartaba en el grupo, que empezó a verse como inevitable cuando Vox lo puso insistentemente sobre la mesa y que finalmente se ejecutó con el objetivo de mantener viva la lucha contra la amnistía mientras se llevaba a cabo la tramitación en el Senado.

En la explicación del PP, difundida tres horas más tarde de que el asunto se tratara en la reunión de la Mesa, no se abordaba el asunto clave, el de la renuncia a elevar la cuestión al Constitucional, lo que levantó ampollas entre el cuerpo de letrados de las Cortes. «La cuestión es tan importante para el Senado que da igual lo que te diga el Congreso. Debes seguir adelante. Cogerle miedo al Tribunal Constitucional es la parálisis. Es más grave no demandar que perder. Porque consientes. Por ese mismo miedo se llegaría al absurdo de no presentar recurso de inconstitucionalidad después de todas las movilizaciones», señalan a ABCfuentes de los letrados de las Cortes.

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Se refieren al temor cierto que había en el PP de encontrarse con una derrota tras elevar el recurso de forma, sobre la tramitación, al Constitucional, presidido por Cándido Conde-Pumpido y con mayoría progresista. «Tenían que haber presentado la demanda ante el TC. Si la ley de amnistía es una reforma tácita de la Constitución y se le impone al Senado la obligación de tramitarla, el precedente es muy grave. Le puede seguir, por poner un ejemplo una ley de relaciones del Estado y Cataluña. Si luego pierdes ante el TC es una cosa, pero que ni siquiera recurras es otra. Esto puede ser interpretado como un allanamiento o una renuncia que además sea utilizado como argumento para un futuro recurso. Por eso es tan mala decisión», explican estas mismas fuentes.

Esa decisión de no ir al TC ya estaba tomada por parte de la dirección del PPen el Senado mucho antes de los últimos requerimientos al Congreso. Los populares no querían que el recurso de fondo, el de la inconstitucionalidad, chocara con el de tramitación y como veían mucho más importante el primero, habían decidido no avanzar por esa segunda vía. Tampoco, aseguraban fuentes de la Mesa el mismo martes, querían sobrecargar innecesariamente al órgano de garantías, acudiendo a él dos días antes de que expirara el plazo –marcado para este jueves– y estresando a sus miembros a tomar una decisión en apenas 48 horas.

El pleno, que se celebrará este mediodía, servirá para escuchar los verdaderos argumentos del PP para dejar morir una vía contra la amnistía que ellos mismos habían avivado.