PNV y PSE firman un acuerdo de coalición con más autogobierno y el nuevo estatuto como prioridad

Son dos de los compromisos adquiridos por nacionalistas y socialistas en el acuerdo de bases que han avanzado este miércoles, en vísperas de la investidura en el Parlamento de Pradales, y que consta de cinco ejes y 32 áreas de actuación. «Gracias a este pacto, Euskadi va a contar a partir de la próxima semana con un Gobierno Vasco respaldado por una mayoría absoluta en el Parlamento Vasco y con un acuerdo de bases programáticas que servirá de hoja de ruta para toda la legislatura. Unas bases que abordan todas las cuestiones que interesan y preocupan a la ciudadanía», ha declarado Ortuzar tras la firma.

Un plan que el presidente del PNV ha calificado de «ambicioso» y «capaz de dar respuesta a las demandas, necesidades y anhelos del Pueblo Vasco», pero que respeta las «posiciones históricas» de cada uno de ellos. «Estamos satisfechos de sus contenidos, creemos que es una ambiciosa apuesta política por parte de los dos partidos, y solo me queda decir que pedimos al resto de fuerzas políticas del Parlamento Vasco que sepan leer de manera positiva y constructiva este acuerdo», ha subrayado.

Uno de los anhelos de la formación nacionalista, y que queda plasmado en el documento, es «crecer en autogobierno». Precisamente, este es el quinto de los ejes del acuerdo para la reedición por tercera vez consecutiva de un Ejecutivo de coalición, en el que no estará Andueza. Un pacto que «va a situar a Euskadi y al autogobierno vasco en el lugar que les corresponde en este momento histórico», según ha señalado Ortuzar. El objetivo, en este aspecto, es doble: por una parte, el «cumplimiento íntegro» del Estatuto de Guernica y, por otra, la consecución de las bases para elaborar un nuevo Pacto Estatutario.

El secretario general del PSE que ya se había mostrado partidario de abordar «cuanto antes» el debate para alcanzar un nuevo estatuto, si bien advirtió de que «lo identitario» sería una línea roja. Andueza recordó la pasada semana que el nuevo pacto tiene que hacerse dentro de la legalidad, como también garantiza el acuerdo, que prevé afrontar esta actualización «a través de la negociación, el acuerdo y el máximo consenso político en el Parlamento Vasco, en el ámbito de su competencia y de la legalidad vigente».

Ambas formaciones valoran «positivamente» un modelo que quieren «seguir desarrollando desde la lealtad y complementariedad». Para ello, tal y como recoge el documento, PNV y PSE se comprometen a «ampliar el desarrollo legislativo del autogobierno alcanzado» y defenderlo «utilizando de forma efectiva los mecanismos políticos, jurídicos e institucionales vigentes». Se encomiendan, además, «fortalecer y desarrollar el autogobierno económico y financiero de Euskadi», aunque el acuerdo, todavía un adelanto, no detalla en qué términos prevén llevar esto a cabo. En esta línea, también esperan trabajar por «el cumplimiento de los compromisos políticos e institucionales asumidos entre el Gobiernos Vasco y el Gobierno Español para completar el Autogobierno de Euskadi».

Otro de los objetivos prioritarios que recoge este quinto eje del acuerdo es «aprovechar las oportunidades de futuro que presenta la internacionalización de Euskadi». PNV y PSE destacan que Europa es la «referencia principal» y abogan por llevar el autogobierno vasco también al marco de la Unión Europea. «El Gobierno Vasco impulsará la construcción europea y la presencia y participación de las instituciones vascas en las instituciones de la Unión», precisa el texto.

El acuerdo de gobierno firmado este miércoles por Ortuzar y Andueza reconoce entre sus líneas la necesidad de construir una «memoria crítica con el pasado y solidaria con las víctimas», que reconoce «sin ambages la injusticia del daño causado por toda forma de terrorismo o violencia». Bajo el cuarto epígrafe, de 'Convivencia, memoria y derechos humanos', ambas formaciones recuerdan que la desaparición de ETA fue para la sociedad vasca «uno de los acontecimientos y logros más importantes de la década anterior». Por eso, proponen cuatro pilares «esenciales» para edificar una sociedad «más justa, equitativa y pacífica».

El primero de ellos es la deslegitimación de la violencia. «Necesitamos erradicar cualquier resto de aceptación social de la violencia como medio para resolver conflictos o imponer ideas», recoge el texto. El segundo se centra en el reconocimiento integral de todas las víctimas de vulneraciones de Derechos Humanos, mientras que el tercero se enfoca en la construcción de una memoria «inclusiva, crítica y ética». Esto implica, según plantean, la «revisión y resignificación de la historia desde múltiples perspectivas». Sobre el cuarto pilar sitúan los principios y valores éticos y democráticos que actúen «como guía para las relaciones sociales y políticas».