Sánchez admite que Ábalos le informó de la visita de Delcy tras haber dado otra versión ante las Cortes

Sánchez ha empleado la rueda de prensa posterior a su audiencia con el Papa para asegurar que «el exministro Ábalos me informó de la visita de Delcy a España», pero que «cuando el Gobierno se percató de que había unas sanciones se canceló esa visita». «Esa es la participación del Gobierno de España, cualquier otra práctica tendrá que responder las personas involucradas», ha sentenciado el presidente.

Esta es la nueva versión que da el Ejecutivo sobre lo sucedido en Barajas el 20 de enero de 2020, que no conocían las sanciones puestas por la Unión Europea a Delcy Rodríguez que prohibían a esta pisar suelo europeo. Una versión que ya adelantó este jueves el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. Si bien esta es la nueva justificación del Gobierno, el propio Sánchez ofreció otra versión de los hechos el 25 de febrero de 2020 en el Senado, que dista de lo argumentado hoy desde el Vaticano.

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En 2020 el presidente del Gobierno respondió al PP que «el señor Ábalos consideró con muy buen juicio -a mi juicio- entre forzar o evitar una crisis diplomática, eligió lo segundo, evitar una crisis diplomática. ¿Dónde está el reproche?». Así defendía el presidente que la decisión había sido de su ministro de Transportes y que él era ajeno a la misma.

Ahora, Sánchez admite que no conocía esas sanciones de la Unión Europea sobre un país tan importante y con tantos lazos con España (mucho mayores que con nuestros socios comunitarios) como Venezuela, en un momento donde estaba reciente el reconocimiento de España a Juan Guaidó, que se había producido justo un año antes. El presidente no aclara en qué momento de los cuatro días transcurridos entre el mensaje que le envió Ábalos y la llegada del avión de Delcy Rodríguez el Gobierno decidió cancelar la visita, y tampoco por qué el propio Ábalos acudió a Barajas, algo que en su día elogió como un acto de servicio al país. Si bien desliza, como desde el jueves vienen haciendo fuentes del Gobierno, la posibilidad de que Ábalos hubiera actuado por su cuenta, cuando se ha referido en Roma a esas otras cuestiones presuntamente delictivas.

En las que han sido sus primeras palabras en público tras conocerse el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil -al que su Gobierno da siempre absoluta credibilidad cuando se trata de la investigación contra su mujer, Begoña Gómez- el jefe del Ejecutivo ha presumido de ejemplaridad «más allá de cuestiones personales» al haber apartado a Ábalos del PSOE con un expediente de expulsión y haberle solicitado de manera infructuosa su acta de diputado.

Por lo demás, Sánchez ha tratado de desvincularse de Ábalos, al borde ahora de la imputación judicial, y ha asegurado que su colaboración con la Justicia será «absoluta», algo, ha precisado, «que en épocas pasadas no ocurrió» en referencia al Gobierno de Mariano Rajoy.

Ábalos ha sido, contándolos con los dedos de una mano, uno de los colaboradores más estrechos e importantes de Sánchez en toda su carrera política. Con él y con Adriana Lastra llegó, en una imagen muy recordada, a la sede de Ferraz en 2017, en su primer día de nuevo como secretario general tras haber ganado las primarias del partido a Susana Díaz y a Patxi López, hoy su portavoz parlamentario. Fue Ábalos quien negoció y defendió desde la tribuna de oradores en junio de 2018 la moción de censura contra Rajoy, precisamente sustentada en la necesaria limpieza del Gobierno. Desde aquella primera legislatura de Sánchez pasó a controlar el Ministerio de Transportes, la antigua cartera de Fomento, una de las más importantes en cualquier Gabinete, que además compaginó con la Secretaría de Organización del PSOE.

Ábalos negoció los acuerdos de investidura de 2020 y ese mismo año estuvo en el equipo de gestión de la pandemia, donde sus colaboradores más estrechos como Koldo habrían incurrido en prácticas delictivas en los contratos de mascarillas tanto con el Gobierno central como con algunas autonomías controladas igualmente por los socialistas. En 2021 su cese fue una de las mayores sorpresas, junto al del entonces jefe de Gabinete Iván Redondo, de la hasta el momento mayor crisis de gobierno que ha acometido en sus seis años en Moncloa.

Desde entonces se le respetó su puesto de salida como diputado por Valencia, su provincia natal, y se le procuró un puesto de presidente de una comisión parlamentaria. El pasado febrero, cuando se produjo la detención de Koldo García y otras personas, entre ellas el comisionista Víctor de Aldama, Sánchez, al que la noticia sorprendió en un visita relámpago a Rabat, contestó airadamente negando que la salida de Ábalos tuviera que ver con el escándalo que acababa de estallar. Aunque su Gobierno y su partido aún tardó unos días en pedirle, por boca de la vicepresidenta María Jesús Montero, que entregase su acta de diputado, y en abrirle un expediente de expulsión del partido aún por resolver dado que el exministro ha presentado alegaciones.