Edmundo González se reúne con todos los expresidentes españoles menos con Zapatero
Mariano Rajoy y Felipe González han recibido al opositor venezolano este mismo viernes y Aznar lo hará en breve
Albares respeta la «decisión soberana» de Venezuela y se abstiene de calificar al país de «dictadura»
Angie Calero , Mariano Alonso y Juan Fernández-Miranda
Madrid
Un día después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibiese con perfil bajo en el Palacio de la Moncloa a Edmundo González y de que el Ejecutivo rechazase la proposición no de ley (PNL) aprobada esta semana por el Congreso de ... los Diputados para reconocerle como presidente electo de Venezuela, el líder opositor venezolano inició esta mañana una ronda de reuniones con todos los expresidentes del Gobierno español, tanto de PSOE como de PP. Todos menos uno, José Luis Rodríguez Zapatero.
A lo largo de esta mañana se sucedieron las fotos del opositor de Nicolás Maduro junto a Mariano Rajoy y Felipe González. Y en los próximos días replicará la instantánea junto a José María Aznar. En esta serie de reuniones, según ha podido saber ABC, Edmundo González se negó a llamar al socialista Zapatero, quien lleva años mediando a favor del régimen chavista de Nicolás Maduro.
El primer expresidente en reunirse con Edmundo González fue Mariano Rajoy, quien le transmitió su apoyo y su deseo de que «la democracia se instale en Venezuela con él como presidente del país».
Ha sido un honor recibir al Presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia. Él y todos los demócratas venezolanos cuentan con mi admiración y mi apoyo inquebrantable. pic.twitter.com/dLxO4nHGRO
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) September 13, 2024
Llegó después el turno del socialista Felipe González, quien también se reunió con él en Madrid, en la sede de la Fundación que lleva su nombre, que en un comunicado tildó a González Urrutia de «presidente electo» de Venezuela. El primer presidente del PSOE en la democracia fue uno de losprincipales críticos internacionales del chavismo, y una de las figuras más cercanas a la oposición al régimen. Hace ocho años se implicó en la defensa de Leopoldo López, hoy exiliado en España, cuando estaba preso en la cárcel venezolana de Ramo Verde, y lo hizo como asesor de la defensa del disidente.
La posición de González contrasta con la de Zapatero, que sigue sin pronunciarse sobre la negativa de Nicolás Maduro a publicar las actas de las elecciones presidenciales que le enfrentaron a Edmundo González el pasado 28 de julio.
Mientras el Gobierno reduce a un mero «gesto humanitario», como afirmó Pedro Sánchez esta semana, la salida que coordinó con el régimen de Nicolás Maduro para traer a España a Edmundo González, quien solicitó el asilo político nada más llegar, el Partido Popular (PP) continúa apoyando al líder opositor venezolano. El partido de Alberto Núñez Feijóo ha registrado la misma PNL del Congreso de los Diputados en el Senado, donde tiene mayoría absoluta, por lo que esta proposición saldrá adelante este próximo martes, también con el apoyo de Vox, que se adelantó a los populares en la Cámara Alta con un texto similar.
Un paso más del PP
Con la reunión de Rajoy, el PP da un paso más en el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de los venezolanos y reprocha al Gobierno su «tibio» comportamiento con la dictadura de Nicolás Maduro, algo que apuntó la portavoz de los populares en el Senado, Alicia García, en la red social X: «Además de pasear con él, lo que tiene que hacer el Gobierno de Sánchez es reconocer a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela».
La ronda de reuniones que Edmundo González no hace otra cosa que demostrar el compromiso del líder opositor de seguir luchando hasta su toma de posesión, prevista para el próximo 10 de enero, para derrotar al régimen chavista. Desde España continúa la lucha por lograr la libertad de Venezuela y que en su país se instaure de nuevo la democracia.
Aquí Edmundo González es un ciudadano libre e intentará conseguir todos los apoyos de la comunidad internacional para ejercer presión sobre el gobierno de Maduro, aunque el Gobierno de España siga sin reconocerle como presidente electo de Venezuela.
Los intentos desde el Palacio de la Moncloa por rebajar el encuentro de ayer de Edmundo González con Sánchez -quien le recibió sin corbata para dar un paseo informal, al que no se convocó a los medios de comunicación y del que el propio Gobierno envió luego unas imágenes- perseguían un objetivo muy concreto: que el régimen de Nicolás Maduro no tomase la decisión de romper relaciones diplomáticas con España, como le pidió la Asamblea Nacional de Venezuela que hiciera tras el reconocimiento del Congreso de los Diputados a Edmundo González el miércoles.
Aunque la decisión de reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela surgía del Congreso de los Diputados y no del Gobierno, en Moncloa había cundido el nerviosismo, lo que no deja de ser «incongruente», según fuentes diplomáticas consultadas por ABC, que coincidían al afirmar que «no tiene mucho sentido que lo traigas y le des asilo y luego no le reconozcas, a no ser que quieras hacerle el juego a Maduro». Por otro lado, el régimen chavista no podía romper relaciones diplomáticas con el Congreso de los Diputados de España. Por eso desde Venezuela analizaban cualquier gesto o declaración que saliera desde España para escalar la tensión diplomática, algo que ocurrió a última hora de ayer, cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, se refirió al Gobierno de Nicolás Maduro como una «dictadura», palabras que los chavistas tildaron de «insolentes, injerencistas y groseras» y supusieron el paso definitivo para que Venezuela convocase a primera hora de esta mañana a Ramón Santos, el embajador de España en Caracas. Horas después, llamó a consultas a Gladys Gutiérrez, su embajadora en España.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una entrevista en RNE, expresó esta mañana su respeto a la «decisión soberana» de Venezuela de convocar al embajador español y llamar a consultas a su jefa de misión en Madrid, pero evitó calificar al país de «dictadura».
Albares apuntó que trabaja para «tener las mejores relaciones posibles con el pueblo hermano de Venezuela», del que el pueblo español se siente «tremendamente cercano». Insistió el ministro en que él no es «catedrático de derecho constitucional» ni «un politólogo», sino jefe de la diplomacia española y aprovechó para lanzar un mensaje velado a Robles al decir que él es «la última persona» que debe poner «cualquier tipo de calificativos», sobre todo de «un país hermano» como Venezuela.
Horas más tarde, en el Palacio de Santa Cruz, Albares recibió a doce representantes de países árabes y europeos para promover la solución de los dos Estados en Oriente Próximo. Los medios de comunicación le preguntaron por esta reunión y en dos ocasiones por Venezuela, que era el tema del día. El ministro decidió no contestar a ninguna pregunta que tuviera que ver con esta nueva crisis diplomática.
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