Rocío Monasterio: «Pues claro que me quedo en Vox, me echarían de menos»

—Su número dos en la Asamblea, José Luis Bartolomé, ha anunciado que deja la política. Se une a una larga lista de bajas de dirigentes de su partido. ¿Qué está pasando en Vox?

—Somos muchos los que hemos dejado nuestra empresa, nuestro trabajo, temporalmente para dar un servicio a España. Esto pasa en Vox, no en otros partidos. Es el caso de José Luis. Ha hecho una trabajo maravilloso y quiere volver a la empresa privada y eso es bueno. Eso es lo que tenemos que enseñar en política, que la gente con valía y con talento está bien que entre un tiempo para servir a España. Si no, ¿qué tenemos en el Congreso, por ejemplo? Una panda de ignorantes la mayoría de ellos que la empresa privada no les contrataría nunca para nada y que no saben hacer absolutamente nada. Yo quiero otra política y otros perfiles.

—Pues su salida justo en este momento alimenta la idea de que hay crisis en Vox.

—No, en la Asamblea de Madrid tenemos un grupo extraordinario, se busca a los mejores, a los excelentes, por amor a España.

—Las miradas se dirigen ahora a usted. ¿Se queda?

—Me echarían de menos hablando de los comunistas… Mire, los que hemos sufrido el comunismo y llevamos en el ADN la política, no la soltamos nunca. Yo desde los tres años ya estaba en política. A los siete me leía todos los periódicos. Es algo que no lo puedes soltar. Yo estoy y sigo en política y me van a seguir viendo mucho tiempo. ¡Ya le gustaría a la médico y madre y a todos estos librarse de mí! Van listos.

—Pero hay política más allá de Vox. ¿Se va a quedar en este partido?

—No, no. Que haga política de verdad en España, que diga los problemas de España, que denuncie y analice bien, que tenga propuestas para un futuro de España… es Vox. El resto, ¿dónde está?

—Se queda en Vox.

—Pues claro. Aquí me ven, encantada, eh. La verdad, me gusta y lo disfruto. Estoy encantada.

—Este sábado es la Asamblea General de Vox, en la que Santiago Abascal será reelegido. ¿En qué momento se encuentra el partido? ¿Atraviesa una crisis?

—Se oyen las cosas que otros partidos quieren colocar para que no hablemos de la inmigración ilegal, de la subida de impuestos de Madrid, de la gran crisis constitucional, de la ley de amnistía, de que se va a indultar a un golpista, ni de los terroristas, de los CDR, que sí son terroristas, que yo los vi con mis propios ojos, intentándonos partir la cara, eso es terrorismo. Como no quieren que hablemos de todo eso, intentan desviar el foco a otras cosas. España está en un momento crítico y hay que hablar de todo eso con claridad, y todo lo demás es generar bulos para intentar desviar a Vox de su discurso. Vox tiene mucho por delante y a muchos españoles que cada vez nos apoyan más.

—¿Se está debilitando la parte liberal del partido? Las salidas así lo apuntan.

—Pero qué es el liberalismo.

—¿Usted no se considera liberal?

—Es que eso son etiquetas del pasado. Me muero de risa cuando escucho al PP decir que es liberal. Ayuso, elevando el gasto público 4.000 millones, ¿es liberal? ¿Subir los impuestos de facto a los madrileños es liberal? ¿Qué es ser liberal? Son etiquetas del pasado. Igual incluso que lo de derecha e izquierda. Aquí lo que hay es la línea de los que defendemos las naciones, las fronteras, la identidad, los valores, las familias, y los que están al otro lado, los que defienden la Agenda 2030, y donde meto a todos, al PSOE, al PP, a Más Madrid y a la izquierda radical.

—Podemos hablar de la parte más moderada de Vox, donde podría incluirse a Iván Espinosa de los Monteros o a usted misma, así como a Bartolomé. ¿Está perdiendo fuerza?

—Yo le hablo de bajar impuestos, de reducir el gasto público, de eliminar la mitad de los diputados, de reducir el tamaño del Estado, de mandar a la mitad de políticos a su casa, a ver si alguien les contrata. Le aseguro que no. Eso qué discurso es. A lo mejor es el que no hacen otros que dicen que son liberales.

—Hay informaciones que apuntan a que Iván Espinosa de los Monteros prepara un proyecto político distinto a Vox para presentarse a las europeas. ¿Cómo lo ve?

—Mire, yo no vengo a hablar de mi marido aquí.

—No le pregunto por su marido, sino por un proyecto que puede estar planeando un exdirigente de Vox para competir con este partido.

—Yo no vengo a hablar de alguien que está fuera de la política. Si quiere que hablemos de su trabajo inmobiliario, hablamos. Y de fondos de inversión.

—No, quiero hablar de ese supuesto proyecto político. ¿Cómo lo ve?

—Veo inaceptable que la fuente, que es él, diga que no es verdad y que periodistas a los que la fuente dice 'esto no es verdad' publiquen lo contrario. ¿Cómo está el periodismo hoy? Mal.

—Abascal mantiene a Ortega Smith en su ejecutiva, aunque pierde galones. ¿Ha evitado así una contestación interna?

—Son otra vez los bulos. Decían que Javier iba a montar un partido y no sé qué. Miren dónde está. Dicen tantas cosas... Todo es generar ruido para desviar de los temas fundamentales que no quieren hablar PP ni PSOE.

—¿Hay una contestación interna?

—Le digo una cosa, a mí las cosas internas del partido no me interesan nada. A mí me interesan las ideas políticas y las soluciones para España. Los temas internos de los partidos me interesan cero. Son bulos que se lanzan para intentar desviar la atención.

—Pues usted ha quedado postergada en la ejecutiva de Abascal.

—Hombre, postergada, llevando Madrid y la portavocía de Madrid... Mire, está muy bien que haya un equipo, el actual Comité Ejecutivo Nacional, que es el que va a definir la estrategia para Galicia y las dos próximas elecciones. Tienen una grandísima responsabilidad y yo les animo, porque es muy importante.

—¿Qué tiene que cambiar en Vox para remontar posiciones en próximas elecciones?

—Ha habido una bajada de Ayuso, que perdió votos. Nosotros también. Tenemos que salir a ganar, salir a ganar un Gobierno.

—¿Qué le parece el camino que ha tomado Macarena Olona tras abandonar Vox?

—Pues no lo sé porque no la sigo. Creo que está de abogada del Estado. Entiendo que le irá bien porque tiene una profesión, y eso está muy bien.

—¿Va a acudir a la concentración del domingo en la Plaza de España que ha organizado el PP contra la amnistía?

—No me han invitado. Iría de mil amores si me invitaran públicamente. Todavía tiene tiempo la señora Ayuso y desde aquí la interpelo para que públicamente me invite. Si me invita antes del domingo, yo voy.

—¿La inmigración irregular es un problema?

—La inmigración ilegal es un problema muy serio. Un país que no hace respetar la legalidad tiene un problema. La inmigración ilegal está asociada a la inseguridad. Y si no que se lo digan a los franceses. Los que vienen tienen que hacerlo de forma legal, respetando las tradiciones y valores de los que estamos aquí y con ganas de integrarse.

—¿Sabe que por esto la van a volver a llamar racista y xenófoba?

—Sí, pero no me preocupa nada. Voy a invitar a todos estos progres a que me den su dirección de casa y les voy a mandar unos cuantos de Alcalá de Henares para que los acojan.

—¿Por qué quiere expulsar a los menas?

—Los niños son víctimas de las mafias, que los utilizan a muchos para prostitución, para droga y para hurtos. Eso no es una vida para un niño. Tienen que estar con sus familias.

—¿Qué medida inmediata tomaría sobre los inmigrantes irregulares que están en Alcalá de Henares?

—La primera es poner un autobús y mandarlos a La Moncloa, a que Sánchez lo resuelva o a la casa de la ministra médico y madre. Y si hay un brote de sarna, como dice Ayuso, habría que confinar el cuartel, como nos hicieron con el Covid, ¿o no se atreve? ¿A los madrileños sí, pero a los inmigrantes ilegales no? ¿Qué es esto?

—Este viernes el PSOE se alía con el concejal que se presentó por Vox en las últimas elecciones en Los Santos de la Humosa para echar al alcalde del PP. Ese concejal salió de su partido y figura como 'no adscrito'. ¿Cómo ve ese pacto?

—Gracias por felicitarme, lo echamos del partido a tiempo. Fui yo. Estaba claro que no era de Vox. Los de Vox no pactamos con el socialismo y el comunismo.