El primer portal 'Gran Hermano' expulsa al narcopiso más transitado de Lavapiés
La Policía detiene al 'dueño' de la casa, en un bloque vigilado desde hace meses por un portero telemático para erradicar esta problemática
Raúl, acusado de un delito contra la salud pública, trató de entrar a la vivienda tres días después de su arresto. Su familia ya ha cambiado la puerta
Madrid
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Iniciar sesiónY el 'Gran Hermano' de portal habló: el narcopiso de Salitre, 11, nominado desde hace meses por su violenta convivencia, por fin ha sido expulsado. Para lograr su salida, los vecinos ya votaron en junio; pero nada de mensajes por telefonía a números de ... pago... aquí, todos a mano alzada y conscientes en primera persona de la desesperada situación. Hasta junio, decenas de toxicómanos tocaban a diario a la puerta de Raúl, un hombre de 57 que el pasado jueves fue detenido por la Policía, y que tras salir a la calle no ha tardado ni tres días en intentar volver a su insalubre cuartel general.
«Las cámaras le grabaron tratando de colarse por la ventana que da al patio», advertía ayer a ABC Ignacio Montero, hijo del presidente de la comunidad. Fue el portero telemático, operativo las 24 horas y con visión directa de las estancias comunes, el que avisó a los agentes. Los moradores de esta finca de Lavapiés respiran, aunque aún están lejos de bajar la guardia. La actuación del subgrupo de Estupefacientes de la comisaría de Centro de la Policía Nacional, en colaboración con uniformados municipales del distrito Centro Sur (encargados de recabar el grueso de la información), ha terminado con noches de insomnio, peleas, amenazas y un sinfín de desperfectos en el interior del bloque. Al menos, por ahora.
Empezando por el final, el jueves 24, poco después del mediodía, funcionarios de los dos cuerpos irrumpieron en el edificio para desmantelar el citado punto de droga. Una vez dentro, subieron hasta la segunda planta y reventaron con un ariete la puerta señalada. En la vivienda, además de incautarse de cocaína base (crack), heroína en pastillas y diversos útiles para su preparación y distribución, se toparon con tres personas: el 'propietario' Raúl, otro hombre y una mujer. Los tres manifestaron a los agentes que residían allí, pero solo el supuesto dueño (en realidad, el piso es de la familia y sus hermanos ya le habían pedido que se marchara) fue detenido por un delito contra la salud pública.
Los otros dos, al no tener ninguna relación legal con el domicilio ni tampoco ser una operación de desokupación, solo pudieron ser identificados. «A la media hora de que se marchara la Policía, la mujer se debió asustar y se fue voluntariamente», explicaba Montero, antes de revelar la intención del último implicado. «La familia de Raúl fue a la casa y habló con él para advertirle de que si se quedaba le iban a denunciar», añadía. Lo cierto es que la presión pudo con él y esa misma tarde le vieron salir cargado de maletas. Rápidamente, avisaron a los afectados y estos se volvieron a personar para colocar una puerta nueva.
Pese a que el jueves por la noche el inmueble volvía a ser seguro, los retazos de la droga mantuvieron su asedio durante todo el fin de semana. Los residentes observaron el deambular de algunos toxicómanos, sorprendidos por la nula respuesta al otro lado de la casa; y el domingo, el portero telemático (un novedoso mecanismo, contratado por primera vez para acabar con un narcopiso y por el que han tenido que firmar un contrato de 15.000 euros) pilló a Raúl 'in fraganti' en el mismo lugar del que tres días antes había salido engrilletado.
Al no poder abrir la puerta, buscó entrar por la ventana del propio pasillo exterior. «Ya en su día, forzaron uno de los barrotes por si acaso alguno de los drogodependientes tenía que acceder y no respondía nadie», recordaba el hijo del presidente, sin saber aún cuánto tiempo permanecerá vacía la propiedad. Por ello, la pantalla instalada frente a la entrada del portal se mantiene totalmente operativa. Desde ahí, un trabajador de la empresa Proserco-Fam controla el paso, conectada su base con la señal de todos los telefonillos.
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Serán los propios habitantes de Salitre, 11, no obstante, los que decidan sobre el futuro de su particular 'Gran Hermano'. Si rompen el contrato deberán abonar una penalización, circunstancia que hasta la fecha no se contempla. El fantasma de la heroína, con flujos en su pico más alto de entre 30 y 50 clientes, no se borra de un día para otro. Hoy mismo, está previsto que un cerrajero repare el acceso al portal; normal, por otro lado, si se atiende al runrún del vecindario: «La llave del portal la tiene medio barrio».
En este contexto, el sistema Codi (un servicio desarrollado por Codivisión en 2018 para evitar usurpaciones en segundas residencias o vigilar urbanizaciones de lujo) ha demostrado tener un efecto disuasorio, logrando una bajada drástica de la afluencia desde los primeros días; y aportar pruebas de manera decisiva para llevar a buen puerto la investigación policial. El miedo, en este humilde inmueble de la parte alta de Lavapiés, ha dejado paso a la alegría, propia de un desmantelamiento conseguido en tiempo récord. El tiempo dirá si de forma permanente.
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