Mónica García: «El 28-M va a haber un plebiscito entre Sanidad o Ayuso»

—Con una receta muy sencilla: aterrizar la política, ir a lo que de verdad importa. Gracias a Más Madrid, la gente se ha reconciliado con la manera de hacer política. Con Ayuso hablando de una libertad totalmente abstracta, cuando eres capaz de aterrizar eso en barrios y vecinos, la gente te lo reconoce.

—¿Qué le dicen las encuestas, de cara al 28-M?

—Que esa manera de hacer política sigue enganchando a la gente y siendo un imán. Las encuestas nos dan que seguimos subiendo, que no tenemos techo.

—¿El objetivo es consolidarse como segunda fuerza en la Asamblea?

—No. El objetivo es gobernar. Nosotros apuntamos al primer puesto, no al segundo: apuntamos a Ayuso y a que somos la alternativa más realista y más palpable, que habla de las cosas de aquí, que está centrada en tener un pediatra, en que los niños no estén en barracones, en que los mayores no coman bazofia, en que los vecinos de San Fernando (de la línea 7B de Metro) tengan casa, los de San Fermín instituto…

—¿Cree posible un gobierno de todas las izquierdas tras el 28-M?

—Si; ahora mismo, los gobiernos no son monocolores. Estaríamos dispuestos a empujar la locomotora, pero, obviamente, contando con el resto de fuerzas progresistas.

—Pero las coaliciones no siempre funcionan: Ayuso y Aguado tuvieron sus dificultades, y el actual Gobierno central también tiene tiranteces.

—Bueno, hay una cosa un poco perversa, y es pensar que la política no va de tener discrepancias. Las discrepancias son sanas, la diversidad es sana, los diferentes puntos de vista enriquecen a la política. En el caso de Ayuso eso le molestaba; hizo las elecciones para quitarse a su socio de Gobierno. Ayuso no ha sido capaz de ponerse en consonancia ni con su socio de gobierno, ni con la oposición, ni con el Gobierno de España, ni con su propio partido.

—La huelga de Sanidad no tiene visos de solucionarse. ¿Cómo se puede arreglar el problema?

—El problema es creado por el Gobierno de Ayuso, que ha puesto su soberbia y su desprecio por la Sanidad pública por delante del interés de la salud de los madrileños. Por eso, el 28-M va a haber un plebiscito entre Sanidad o Ayuso. Tenemos una Sanidad muy deteriorada en Madrid, y en todos los sitios se puede hacer mejor; pero no se puede hacer peor que aquí. Y la sanidad privada se ve arrastrada, porque depende de que la pública se haga cargo de las cosas más costosas y complejas. Tengo bastante temor a que esto no aguante cuatro años más.

—¿De dónde se pueden sacar médicos a corto o medio plazo?

—Los médicos se sacan de la facultad de Medicina, siendo uno de los países que tenemos más egresados. Y también se sacan de no echarlos: en Madrid no se quedan ni un 10 por ciento de los MIR que terminan en Atención Primaria. Yo sé dónde actuar. Por ejemplo, teniendo tu médico para toda la vida; hay estudios que demuestran que cuando te atiende el mismo médico durante 15 años, disminuyen los ingresos en urgencias un 30 por ciento y la mortalidad un 25. ¿Cómo hacerlo? Con incentivos: que haya un 2 por ciento más en el sueldo base de los profesionales de Atención Primaria que cada año mantienen a su población.

—La línea 7B ha sido un foco de problemas desde que se inauguró. ¿Hay que cerrarla?

—El desastre de la línea 7B parte de un origen muy concreto: el ansia por la propaganda electoral del PP. Como su política está centrada siempre en la propaganda, es una línea que se hizo sin los estudios geotécnicos necesarios, que habrían dicho que ahí no se podía hacer. Los vecinos ven que la institución que debería hacerse cargo de eso, empatizar, no les da solución. Les ha dicho que se busquen la vida, que les van a dar unas migajitas, pero no hay ni recompensa económica ni moral, ni solución habitacional.

—¿Qué le parece el impuesto de grandes fortunas?

— Estamos totalmente a favor. Fuimos de los primeros que hablamos sin complejos de que los que más tienen, más deben aportar, sobre todo en momentos de crisis. Ahora, el sentido común mundial habla de eso; sólo hay una persona y un gobierno que conduce en contra de lo que ha planteado el Banco Central Europeo, el FMI, el Foro de Davos… Es la señora Ayuso, que no ha despertado del parque temático neoliberal de la Comunidad de Madrid.

—¿Y el argumento de que esas fortunas se pueden fugar de Madrid?

—Lo que se fugan de Madrid son los pediatras, los sanitarios, la gente que no tiene acceso a la vivienda, los jóvenes que sólo 2 de cada 10 se pueden emancipar... Y además está demostrado que pese a que Madrid ha ejercido esa deslealtad fiscal con el resto de comunidades y con España, no ha tenido realmente tampoco una atracción de grandes fortunas por encima de otras regiones.

—¿Por qué cree que Ayuso consigue en las elecciones más votos que toda la izquierda junta?

—No lo sé; no sé por qué ha ganado, pero sí le puedo decir el porqué va a perder: por su soberbia y por su chapuza. Ayuso no puede hablar de Madrid; de ahí vienen todos sus viajes, a Londres, a Israel, a reunirse con el fondo buitre que más viviendas tiene en España; o ese plebiscito que le echa al Gobierno de España. La moción de censura de Vox a una de las personas que más escuece es a Ayuso, porque le quita el protagonismo del supuesto plebiscito a Sánchez.

—¿Su propuesta estrella para las elecciones?

—Sanidad: se necesitan como mínimo 6.100 millones en los próximos cuatro años, 2.500 el primer año y 1.200 los tres siguientes. Necesitamos retener el talento y la vocación, y reforzar los pilares de la Atención Primaria –porque si no, se nos cae todo el castillo encima– y la salud mental.