De Leganés al centro en una hora

Los intervalos de tiempo entre trenes han sido similares a los de cualquier día; los andenes estaban medio vacíos

TATIANA G. RIVAS

Se han levantado treinta minutos antes de lo normal, algunos incluso una hora para conseguir llegar al trabajo sin dificultad. A primera hora de la mañana, las 6.15, parte de los trabajadores que no han secundado la Huelga General se adentraban en la estación ... de Metrosur Julián Besteiro, en Leganés, sin saber qué les depararía el suburbano. «Yo pensaba que iba a ir peor el metro», comentaba una viajera. Los intervalos de tiempo en la línea 12 han sido y están siendo similares a los de cualquier día normal, con frecuencias entre convoyes de entre 4 y 6 minutos. «Es una mañana muy tranquila. Como cualquier otro día, aunque se nota que hay bastante menos gente», informaba una operaria de Metro.

Los andenes mostraban la ausencia de aquellos que se han aliado a la protesta. En los vagones, la estampa se repetía. «Esto es inédito: asientos y pasillos vacíos», apuntaba una empleada de banca en el interior del tren.

A las 6.40, en Puerta del Sur, el enlace de los municipios sureños con Madrid, reflejaba de nuevo una vista que denotaba que no se trataba de un día normal. «Los trenes están saliendo vacíos como aquel que dice. No hemos tenido problemas con nadie. Todo está en orden», señalaba un vigilante de seguridad. Los intervalos de frecuencia rondaban los 4 minutos.

Los trenes de la línea 6 y 10 en Príncipe Pío liberaban y recogían menor número de viajeros. En el acceso de la estación, una decena de policías nacionales custodiaban las inmediaciones. «No ha ocurrido nada en estas horas», informaban.

Según pasaban los minutos, la afluencia de usuarios era mayor en los vagones. Aun así, no alcanzaba la de cualquier otra mañana, según señalaban taquilleros y encargados de diversas estaciones principales.

«No estamos para hacer huelga tal y como está el trabajo. ¿De qué sirve?», manifestaba una de las usuarias, trabajadora de la limpieza, mientras esperaba el tren que la llevaría a su puesto, en Gregorio Marañón.

«Voy a hacerme unas pruebas al Hospital La Paz, pero considero que esta huelga ahora no tiene sentido. Habría que haberla hecho mucho antes», expresaba un hombre de edad avanzada.

A las 7.15 de la mañana, el vagón paraba en la estación de Tribunal, pleno centro de la urbe, sin incidentes, sin retrasos y, apenas, sin ciudadanos.

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