«¿Quién paga las copas?»
El hotel donde acampa la candidatura de la ministra de Sanidad permite fumar a los periodistas: se empiezan a notar los nervios
Paradojas de la vida. En la sede de la candidatura de la ministra de Sanidad, los empleados del hotel reparten ceniceros. Se puede fumar. ¿Qué hubiera pasado si las primarias se hubieran celebrado tan sólo tres meses más tarde, con la entrada en vigor de la nueva ley antitabaco?
Mucho ordenador portátil, claves de wifi, y primeros planos de recurso que toman los cámaras de televisión para el próximo informativo. Y ya se habla de que habrá que irse de copas. «Pagáis la prensa, eh?» «Mejor otra cosa: si gana Trini, invitáis vosotros. Si pierde, nosotros», dice un periodista. Y luego apostilla: «Si gana las primarias, me refiero». «Es que si gana las primarias gana las elecciones de mayo, es lo mismo», saca pecho un militante. Eso es otro cantar.
En la cuarta planta de Feraz, 55, nos hablan de que cuentan con «medios precarios». De las paredes del recibidor cuelga un enorme collage de fotos de Trinidad Jiménez, muchas de ellas con simpatizantes de agrupaciones como Moratalaz. También las hay con Alfonso Guerra y Rafael Simancas.
En el hotel, no hay lujos. En el Salon Madrid (¿casualidad?), apenas agua mineral. Ni canapés ni otros oropeles. Austeridad y, eso sí, muy buen trato a los ochenta periodistas acreditados, de 37 medios. Fuera, el cielo sigue encapotado.
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