Avalancha de usuarios y récord de abonos en el primer día de rebajas en el transporte madrileño

En la parada de Cercanías de Coslada Central, solo unos pocos guardaban la fila en las taquillas para sacar los tiques o canjear el billete virtual por la pequeña cartulina de siempre. Otros, en cambio, validaban su pase con el teléfono móvil, aunque con algunas dudas. «He puesto la pantalla encima de lo rojo y no hacía nada», comentaba Diego, entre risas, antes de darse cuenta de que no todos los portones cuentan con lector de códigos QR. Superado este trance, las puertas se abrían de par en par y este joven comprobaba como en la 'app' le saltaba su primer viaje. «Ya solo me quedan 15 y con el de vuelta 14», añadía, a primera hora de la mañana.

De camino a la estación de Atocha, las mascarillas del pasaje recordaban a todos los más despistados la obligatoriedad de llevarlas puestas en el interior del tren. Una vez en destino, un operario comercial contratado días atrás con motivo, precisamente, del previsible incremento de viajeros, atendía las reiteradas peticiones de los viajeros a la hora de sacar el abono o canjearlo por la tarjeta física. «Yo llevo aquí desde el lunes y hoy sí que se ha notado el aumento», comentaba, satisfecho por la buena acogida. Superada la hora punta, el goteo de personas era constante en las taquillas y las máquinas autoventa.

Dentro de la misma base, una joven venezolana preguntaba a la trabajadora de Metro para sacar por primera vez el abono joven. «He llegado hace poco a España y no sabía que era más barato, pero me parece muy bien que lo hayan bajado», comentaba, a la entrada del vestíbulo principal. La empleada del suburbano, destinada a diario en Vallecas, cambió su emplazamiento por un día debido a la previsible avalancha de gente. «No he parado, pero en general la gente está contenta», señalaba, con una única objeción. «Hay algunos que han escuchado la palabra 'gratis', sobre todo los que vienen de la Renfe, y al llegar aquí se creen que no hay que pagar».

En Embajadores y Pirámides, la mayoría de usuarios consultados coincidía en que «el mayor jaleo» se había dejado sentir en las paradas ubicadas «en los barrios». Desde Valdemoro llegaba un matrimonio mayor con el precio del abono para la tercera edad reducido a la mitad. «Y más que lo tendría que bajar», remarcaba él, mientras ella reiteraba la necesidad de implantar este tipo de rebajas. El miércoles, un día antes del fulgurante estreno, una serpenteante fila de gente esperaba bajo el kilómetro cero para obtener el carné en la oficina de gestión del abono de transporte público. Y ayer , muchos de ellos volvieron a Sol para cargarlos.

En este punto, los turistas eran los más sorprendidos, quién sabe si por la comparación de las tarifas respecto a las de sus países natales. A las 12, el suburbano madrileño había recibido 492.265 viajeros, un 22% más que el mismo jueves de 2021. Más allí de este incremento, el consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, David Pérez, criticaba «la falta de un compromiso del Gobierno de la nación con el gasto eléctrico que están soportando todos los Metros como el de Madrid, pero también los del resto de España», y reiteraba la necesidad de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez «sufrague económicamente la rebaja que estamos realizando desde la Administración regional».

Cabe recordar que hasta el 31 de diciembre, el abono normal de la zona A cuesta 27,3 euros (frente a los 54,6 euros); el B1 pasa a 31,8 (antes 63,7); el B2 tiene un precio de 36 (de 72), y el unificado B3/C1/C2 se puede adquirir por 41 (82 era su importe hasta ahora). Por su parte, el Abono Joven 30 días, del que pueden hacer uso los menores de 26 años, se reduce de 20 euros a 10, y puede ser utilizado en todas las zonas. Por su parte, los mayores de 65 años residentes en la región pasan a pagar 1,6 euros mensuales, en lugar de los 3,30; y los títulos de Metro, Metro Ligero y EMT de 10 viajes, que disponen de la reducción del 30 por ciento, en base a la aplicación del Real Decreto-ley estatal, cuestan 8,5 euros, siempre que se utilicen dentro de la zona A.

Descuentos, todos, encaminados a paliar los efectos de la crisis energética derivada del conflicto en Ucrania, incentivando además el uso del transporte público frente a los vehículos privados. Unas medidas que ayer celebraron los usuarios de la red.