Atracadores con firma: de la banda del Rolex a los explosivos

Uno de ellos tuvo lugar el pasado sábado en la misma calle de Serrano. Horas después, otro ladrón era apresado en el barrio de Chamartín, justo cuando acababa de atracar a una persona. La banda del Rolex, que también se ha dejado sentir en Barcelona, utiliza un 'modus operandi' importado de países como Venezuela: «Generalmente, van dos tipos en una motocicleta; paran junto a la víctima, le sacan una pistola y la amenazan con dispararle si no les da el reloj o incluso otras joyas que lleven encima. Y huyen», explican fuentes policiales.

Los casos se han repetido en los últimos meses, pese a las operaciones policiales. En algunos casos, los ladrones, que suelen ser venezolanos y colombianos, no dudan en emplear la violencia si se resiste su objetivo. Es lo que ocurrió la semana pasada en Chamartín y también el 30 de abril al embajador de Emiratos Árabes, Omar Obaid Al Shamsi. Caminaba con su familia por la calle de Don Ramón de la Cruz, en pleno barrio de Salamanca, cuando fueron asaltados por dos motoristas, tapados con cascos. El que iba detrás sacó un arma de fuego y apuntó a la esposa del diplomático, que también iba con su hija. El embajador opuso resistencia y se llevó un culatazo en la cabeza. Se llevaron un Rolex de 25.000 euros.

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Fuentes consultadas apuntan a lo común que es que los atracadores vayan disfrazados de 'riders' o repartidores de empresas como Glovo, que se colocan en las puertas de los restaurantes y tiendas de lujo de estas zonas, a la espera de sus presas.

Hasta el momento, se han realizado dos operativos importantes en Madrid contra estos grupos: en mayo de 2022 y en febrero de 2023. En ambos, han coincidido algunos de los arrestados, habida cuenta de que el juzgado por el que pasaron en la primera ocasión los dejó en libertad a la espera de juicio.

Son bandas más especializadas de lo que parece y la labor de los investigadores pasa, cuando no los pillan 'in fraganti', en dejarse las pestañas viendo horas y horas de grabaciones de cámaras de seguridad. A partir de la acumulación de denuncias, se llega a establecer el paralelismo entre los'modus operandi', las rutas de huida y, lo más importante, la descripción de los sospechosos, hasta poder identificarlos.

Carepan, Nenuco, Mono Loco, Deiby, Manuel y Vicente son solo algunos de los alias utilizados por miembros de estos clanes en Colombia: en Cali, Barranquilla, Medellín, Bogotá y Bucaramanga se emplean a fondo con gente adinerada, incluso en las inmediaciones de los aeropuertos, de manera que son capaces de obtener en solo un golpe relojes valorados en cerca de 100.000 euros. También operan en Perú y Argentina, entre otros países de Suramérica. En España han llegado a conseguir 300.000, según algunas investigaciones realizadas, y no se descarta que crucen el 'charco' para hacer de las suyas en Europa.

Otra técnica, aunque sin violencia (o con menos dosis de ella) para robar joyas y relojes, es la de los hurtos amorosos: se trata sobre todo de mujeres de origen rumano que se acercan a hombres y les abrazan, besan o incluso les proponen sexo a la par que les sisan lo que lleven de valor encima.

En cuanto a los atracadores de bancos, más allá de los típicos pistoleros, existen al menos dos bandas que se dedica a reventar cajeros automáticos en sucursales de Madrid utilizando explosivos, en principio de baja intensidad. Forman parte de lo que se conoce como delincuencia itinerante, para la que la Policía Nacional tiene una sección especial creada en la UDEV Central: residen en Madrid o en Málaga pero se mueven por toda la geografía española.

En el barrio de La Elipa, por ejemplo, dieron uno de sus últimos 'palos'. José Eloy López Sánchez, un español con un largo historial como alunicero y butronero, se ha pasado a este 'terrorismo' bancario. Fue detenido hace tres meses pero su estela criminal sigue en boga. Treintañero del barrio de San Fermín (Usera), importó esta técnica desde Chile, de donde llegaron también a nuestro país los famosos 'cogoteros', hace dos décadas. «Crearon un artefacto metálico, como un contenedor, donde introducían pólvora negra prensada que sacaban de unos enormes petardos que adquirían. Le ponían un cable eléctrico en un extremo y, en el otro, una batería eléctrica. Que eso lo que hacía ingnición y así provocaban la explosión», explican fuentes policiales.

La banda de José Eloy utilizaba entre 200 y 300 gramos de pólvora. En solo dos minutos, se llevaron 90.000 euros en el ataque de la avenida del Marqués de Corbera (Ciudad Lineal). Las Rozas, Tres Cantos y barrios como Delicias son otro de los escenarios por los que han pasado este sujeto y sus cinco compinches, que se movían en coches robados (alrededor de 30). También se les investiga por el robo de 650 móviles y 10.000 euros en efectivo de un establecimiento de Alcobendas.

Finalmente, tenemos a clanes familiares, como los Montoya y los Montaño, especializados en el asalto a camiones. Son grupos muy extensos (de más de treinta personas en sus distintos escalafones), pero que se localizan en barrios como Latina o El Pozo. Los mazazos policiales contra ellos, al salir de prisión, no son más que un obstáculo temporal contra sus planes.

Los atracadores de tráilers los hay de tantos tipos como bandas. Desde estos grupos familiares a otros más conocidos, como los del Niño Juan (Juan María Gordillo Plaza, desde febrero de 2022 en libertad, tras cumplir prisión provisional en Francia por idear el intento asalto, con un Mercedes, al Palacio de Fontainebleau, para llevarse porcelana china por encargo de un empresario mafioso asiático); o Ismael Arriero Valcárcel, el 'Troll'.

Los 'modus operandi' van desde vaciar las ruedas del camión mientras su conductor descansa en un área de servicio, para comprobar si va cargado; a rajar la lona; o, directamente, con información previa de un compañero de trabajo de la víctima (un 'santero'), bloquear el tráiler en plena carretera con dos coches y asaltarlo a punta de pistola, secuestrando al transportista.