Gresca política por la carga

El PSOE defiende la actuación policial, y el PP cuestiona a la delegada del Gobierno

M. I. SERRANO

La batalla campal de los «indignados» frente al Ministerio del Interior y los altercados que no paran de protagonizar produjeron ayer una fuerte tormenta política. Al PSOE, al candidato y ex ministro Pérez Rubalcaba, así como a la Delegación del Gobierno en Madrid, les cayeron ... por todos lados. Las críticas venían tanto desde el PP como desde IU. Incluso desde las filas socialistas —fue José Bono— se produjo un toque de atención. El propio Rubalcaba, en Soria, admitió que «doscientas personas no pueden poner patas arriba una ciudad». La bronca estaba servida.

El candidato socialista a las elecciones generales del 20-N y, también, ex ministro del Interior no tuvo más remedio que defender la actuación de la Policía Nacional. «Si las manifestaciones son pacíficas, la Policía es tolerante, pero cuando son violentas, tiene que actuar».

Una de las reprobaciones más contundentes vino de parte del portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna. Acusó a la Delegación del Gobierno, dirigida por Dolores Carrión, de «secuestrar la Puerta del Sol, primero por omisión y ahora por acción».

Fuentes socialistas, que no esconden su desasosiego por la actual situación, insistían ayer que sí sintieron «simpatía» por el movimiento 15-M inicial «pero no en lo que se ha convertido». Es más, negaron que «de momento» vayan a reunirse con los «indignados» porque consideran que los que atizan hoy las manifestaciones «poco tienen que ver» con los ideólogos del movimiento. Añadir, en este punto, que Rubalcaba calificó también ayer de «propuesta sensata» la lanzada desde el Comité Electoral del PSOE en el sentido de que «no estaría mal» facilitar a los «indignados» un «punto fijo» de información para que coordinen sus trabajos.

Por su parte, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, respaldó la actuación de la Policía y lamentó que los agentes reciban órdenes de un ministro como Antonio Camacho —el actual titular de Interior— «tan político y rendido a los intereses electorales» del candidato Rubalcaba. «Interior —aseguró González Pons—, está obligando a la Policía a actuar cuando no debe y a no actuar cuando debe, cuando se trata de profesionales de primera división que no se merecen los mandos políticos que tienen».

El presidente del Congreso de los Diputados, el socialista José Bono, también opinó ayer sobre las algaradas de los «indignados». «Nadie puede pensar —dijo— en resolver los problemas del país desde una tienda de campaña. Son buenos chicos, pero las calles no se pueden ocupar de forma permanente». Y recordó que dio órdenes para impedir que los «indignados» entraran en el Congreso.

Por último la postura de IU. Gaspar Llamazares ha solicitado la comparecencia del ministro del Interior, Antonio Camacho, para que explique, en el Congreso de los Diputados, la «represión policial» contra los «indignados».

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