La increíble transformación de «Súper Gómez»

Fue el alcalde más votado de España y el hombre que le dijo «No» a Zapatero, pero, sin duda, su «transformación» física ha trascendido los asuntos políticos. Ahora que se celebran los Juegos Olímpicos y que Madrid lucha por acoger la competición en 2020, no viene mal recordar lo saludable que es el deporte y cuánto lo practican algunos de nuestros políticos.

Tomás Gómez es uno de ellos. Aficionado a la pintura y a las motos, reconocía en su blog su pasión por el «gym» : «El gimnasio no es sólo un sitio para hacer deporte, es también un lugar para charlar, escuchar lo que realmente le preocupa a la gente y discutir acerca de motos, música o lo que toque. En nuestro gimnasio el deporte se practica para mejorar la salud». De hecho, no desperdicia la ocasión para presentar a sus colegas ante la sociedad internauta: «Hay mucha gente estupenda por allí, Chente, que le deseo que se recupere pronto de su lesión, Chechu, que ha retornado hace poco después de un tiempo de ausencia, Jackson, Paco y Maria, Enrique, Alice…».

Al líder de los socialistas madrileños ya se le nota en los bíceps su admiración por el deporte. Quienes trabajan con él lo definen como un «auténtico obsesionado del cuidado personal» , que, si cabe, se acentuó tras ocupar la secretaría general del PSM. «Súper Gómez», como así lo conocen algunos compañeros de partido, no perdona un día sin hacer deporte ni controlar su dieta. Cumple el prototipo de hombre sano: no fuma, no bebe, y no toma ni café ni sal (es hipertenso). Al parecer, entrena en sesiones de 105 minutos, cuatro veces a la semana. Además come sano (su único capricho, dicen, es la comida japonesa) y corre, nada y hace pesas. Quizá este ritual sea el responsable de su tan solo 6% de grasa corporal .