TRAGEDIA EN LA NOCHE DE HALLOWEEN
«No es razonable que en un recinto cerrado puedan introducirse bengalas»
Los expertos defienden que continuara la música para no provocar más pánico entre los asistentes a la fiesta
PABLO MUÑOZ
La tragedia del Madrid Arena deja sobre la mesa algunas dudas sobre las medidas de seguridad del evento , y muy especialmente sobre si fue una medida acertada continuar con la fiesta durante algún tiempo una vez ocurrida la terrible avalancha.
Sobre este asunto, ... los expertos consultados por ABC son unánimes: «La mayor parte de los asistentes eran totalmente ajenos a la tragedia; parar la música de forma brusca y anunciar que había que desalojar el pabellón, aunque se inventara un motivo, podía haber provocado un movimiento de pánico de consecuencias imprevisibles. En estos casos, lo mejor es ir bajando el volumen poco a poco para que todos asimilen que el evento ha finalizado e ir invitándoles de forma discreta a que salgan de forma ordenada».
De hecho, esto es lo que sucedió en la madrugada de ayer, pues el desalojo del recinto se prolongó durante más de dos horas, sin que hubiera que lamentar el más mínimo incidente. Además, se esperó hasta pasadas las siete de la mañana para informar a los medios de comunicación de lo que había sucedido para evitar que se produjeran más escenas de nerviosismo de las inevitables.
El análisis de las causas del suceso, sin embargo, no es tan benevolente. En primer lugar, para los especialistas en seguridad ciudadana consultados «no es razonable que en un recinto cerrado como es ese pabellón, que además es moderno y cuenta con los accesos claramente delimitados , puedan introducirse bengalas o petardos. Si hay controles rigurosos, con un número suficiente de vigilantes de seguridad para hacer registros en cada puerta, eso se puede controlar». Para ello, claro está, se necesita un mayor despliegue de vigilantes y como es lógico eso encarece los costes.
Mirar cada carnet
Lo mismo sucede, en líneas generales, con la presencia de menores en la fiesta: «Hay que mirar cada carné de identidad, comprobar que pertenece a su titular y solo después permitir la entrada. Es cierto que hay quienes llevan documentos de sus hermanos mayores, y eso es más difícil de controlar. Pero lo que no puede suceder es que haya muchos testimonios de estos chicos que aseguran que nadie les pidió la documentación. Si eso es así, si fue generalizado, hubo una clara negligencia de la organización y de los encargados de la seguridad», en este caso una empresa de gran solvencia en el sector.
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