Así queda la estación de Metro de Gran Vía, que reabre el próximo verano

La estación recupera una réplica del histórico templete de Antonio Palacios que decoraba su entrada principal, en la Red de San Luis. Y también introduce todo tipo de elementos tecnológicos modernos , como cuatro ascensores, sistemas de apertura fácil en puertas o tiras antideslizantes en escaleras fijas. Eso, además del paso peatonal subterráneo que une la estación con la próxima de Cercanías de Sol, bajo tierra.

La estación, ha confirmado el consejero Garrido, será de las más modernas del suburbano. «Queremos que sea la referencia de la nueva estación del siglo XXI del Metro». Ha definido la obra como «un hito de la ingeniería» y también de colaboración entre administracione s, algo que es «una obligación y supone siempre una mejora para la calidad de vida de los ciudadanos».

A la visita de las obras le ha acompañado la directora de Adif, Isabel Pardo de Vera, precisamente por esa singular conexión directa con los trenes de Cercanías. La estación se va a convertir en un «gigante intermodal», equivalente a «un edificio de ocho plantas en plena Gran Vía».

Las obras de Metro de Gran Vía comenzaron en 2018, pero fueron más tarde interrumpidas por diferentes circunstancias, tanto el hallazgo de retos arqueológicos como otros problemas técnicos, «imponderables que ocasionaron retrasos y por los que pido disculpas», ha señalado Garrido. Una vez finalizadas, será posible contemplar algunos de los hallazgos localizados en la zona.

La estación será totalmente accesible y contará con las instalaciones más modernas de toda la red del suburbano. Los trabajos han permitido duplicar el vestíbulo, hasta los 2.000 metros cuadrados, y establecer una conexión directa entre las líneas 1 y 5 de Metro y la estación de Cercanías de Sol, sin necesidad de salir a la superficie.

La nueva estación supone una inversión de 18 millones de euros , y contará con cuatro nuevos ascensores. La Dirección General de Infraestructuras de la Comunidad de Madrid finaliza este mes la obra civil de la estación, con el cerramiento del pozo situado en la calle Montera y la construcción de los forjados y escaleras fijas de la estación. En enero, comenzará a reurbanizar la calle Montera y su entorno.

En paralelo, Metro trabaja desde el pasado mes de agosto en el acondicionamiento de la estación, con el objetivo de finalizar sus trabajos y poder reabrir la nueva Gran Vía el próximo verano. La renovada estación contará con un primer nivel con un nuevo gran vestíbulo; un segundo nivel intermedio de paso -donde se va a llevar a cabo una musealización con los vestigios arqueológicos que han aparecido durante los trabajos -, y con un tercer nivel de conexión con la línea 5 de Metro y la galería que une con Renfe Cercanías Sol, de la que se ha ocupado Adif.

Gracias a la nueva conexión subterránea peatonal de Gran Vía con Cercanías de Sol, se mejorará el tránsito de los viajeros que usan este segundo medio de transporte, ya que se dividirán sus entradas y salidas por los dos accesos: la previsión es que un 75 por ciento utilice directamente Sol y que un 25 por ciento acceda por la ampliada estación de Gran Vía.

La estación será completamente accesible gracias a la instalación de nuevas escaleras mecánicas y de cuatro ascensores por parte de Metro. Además, los viajeros con movilidad reducida dispondrán de nuevos dispositivos adaptados como sistemas de apertura fácil en puertas, tiras antideslizantes en escaleras fijas, etiquetas braille en los pasamanos, señalización de elementos de accesibilidad, pasamanos a doble altura, interfonos de comunicación adaptados o pavimentos de tacto visual cerámico para facilitar sus desplazamientos.

Metro también va a equipar la estación con 14 máquinas de venta de títulos de transporte más modernas e innovadoras , con granes pantallas de visualización y que permitirán, por ejemplo, realizar pago sin contacto o atender al usuario a través de videollamada.

Asimismo, se instalarán 17 tornos de entrada, seis de los cuales serán para personas con movilidad reducida, distribuidos en dos vestíbulos. Estos modelos, también de nueva creación, ocuparán menos espacio, tendrán pantalla para informar al usuario sobre la validación con gráficos y texto y dispondrán de iluminación en las puertas, en el lector sin contacto y en el suelo para informar al viajero sobre el resultado de la validación.