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La Navidad más atípica en el mercadillo de la Plaza Mayor: «Queremos aportar más luz que nunca»

El tradicional mercado de Madrid abre hoy con la mitad de sus puestos

Una comerciante coloca las figuras en su puesto familiar Belén Díaz

Pilar L. Arreaza

La lluvia acaricia los techos de madera de las casetas de la Plaza Mayor . Entre cajas, corchos y cintas, los vendedores desenvuelven las figuras que muchos de ellos mismos realizan durante el año con mucho afán. A pesar del momento tan atípico que nos ha tocado vivir, las tradiciones y costumbres de nuestra cultura siguen estando muy presentes. Hoy se inaugura el centenario mercado de Navidad de la Plaza Mayor , con la mitad de sus puestos (56), un aforo de 232 personas con control en la entrada y la salida del enclave, perimetrado exterior y señalización en el suelo, además de todas las medidas higiénicas que tiene que tener cada puesto, como las mascarillas, la distancia de seguridad de metro y medio y los dispensadores de gel hidroalcohólico.

«Ha sido un poco complicado adaptarnos a la normativa Covid, pero va a ser un mercado muy seguro », detalla David Ponce, que lleva toda su vida entre estas casetas. El realismo de las figuritas de su puesto impresiona. Él nos atiende mientras Josefa, su madre, coloca por orden las miniaturas que ellos mismos hacen. Un año entero de trabajo en la fabricación de las mismas , en las que fusionan la tela con madera y distintos tipos de cerámicas. Llaman la atención los carros con cestos de pan que incluso hornean. Un conjunto de menestralía que David fabrica a mano y que su abuelo Valentín empezó en 1944.

Josefa Pastor y David Ponce Belén Díaz

«Estoy muy ilusionado de poder estar aquí» , cuenta, con un brillo en sus ojos que da fe de ello. «Este año es completamente distinto , como si fuera nuevo. Hay gente que lleva cinco generaciones ya. Las expectativas no son las mismas que las de otros años porque la situación no es buena , pero aún así creemos que va a merecer la pena el esfuerzo que hemos hecho», apostilla.

José Luis también empezó a venir cuando tenía 10 años, con su padre. «Las casetas las consiguió mi abuelo, después siguieron mis padres, yo y ahora mi hijo Alberto». Este año, con la reducción de casetas, padre e hijo compartirán el puesto. Dice que no hay mal que por bien no venga: «Así es más fácil para atender y colocar» . Un icono de la Navidad madrileña que este año cuestionó su continuidad. «Hemos dudado muchísimo. Hasta principios de este mes no nos habíamos decidido», cuenta a ABC el presidente de la Asociación del Mercado Tradicional Navideño Miguel Ángel Fernández . «Este año, más que nunca, queremos aportar ese punto de luz», dice, a sabiendas de que sus ventas «no van a ser muy buenas». Muchos de los curiosos y compradores habituales son turistas , tanto de otros países como de otras comunidades. «No será fácil, pero no me imagino una Navidad sin estar aquí» , expresa.

Por su parte, María, que lleva desde el pasado diciembre sin trabajar por culpa de la pandemia, ve la situación «muy mal». Hay que pagar las casetas, el montaje, la luz... Lo importante es recuperar el dinero de la caseta y pagar a los proveedores y si queda algo, mejor. Este año nos ha regalado las tasas el Ayuntamiento. Nos ha venido bien», asegura, con más ilusión que esperanza.

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