El ‘hacker’ que mató a su amigo escondía un arsenal ilegal en casa

Y fue allí donde ocurrió todo. El relato de los hechos comenzó muchas horas antes, cuando ambos, con más amigos, participaron en una barbacoa. La fiesta continuó por varios bares del pueblo y, más tarde, ya bien entrada la noche, en el chalé de Francisco en la urbanización El Mirador, a las afueras del municipio. Allí, el empresario y el joven se quedaron solos. Según relató primero el arrestado, se encontraba manipulando una de sus pistolas cuando se le disparó accidentalmente. Llamó al 112. Eran las 4.30 de la madrugada. Dijo que su amigo estaba muy malherido y que el tiro había sido fortuito. Pero, minutos después, volvió a telefonear para aclarar que había sido la propia víctima quien había apretado el gatillo cuando jugaba con el arma. Había cambiado en solo unos instantes su versión, para no inculparse.

La Policía Local fue la primera en llegar. Paco les franqueó la entrada a los agentes, que fueron los primeros en hacerle las maniobras de reanimación a Pedro. Aún tenía un hilo de vida, pero sangraba abundantemente.

Los sanitarios del Summa-112 no tardaron en llegar. Continuaron intentaron recuperar al joven, pero finalmente no pudieron más que certificar el óbito.

El detenido explicó que ambos se encontraban manipulando la pistola para probar un chaleco antibalas . Sin embargo, cuando los funcionarios entraron en la vivienda, Pedro no tenía la prenda protectora puesta. Estaba junto a otra igual, de muy mala calidad, en la habitación.

Dijo que fue cargar el arma y dispararse. Pero este relato resulta extraño para la Guardia Civil, puesto que se encontraron dos casquillos de bala, del calibre 9 milímetros . Uno había impactado contra la pared y el otro contra el tórax de su amigo. En un principio se manejó la hipótesis de que uno de los proyectiles hubiera rebotado en el muro y que, accidentalmente, acabó matando al chico.

Ahora, parece que no fue así. Además, los indicios apuntan a que Paco S. M, de 49 años y español como Pedro, se lavó las manos antes de llegar la Policía Local y que había bebido bastante. Habría intentado quitarse los restos de pólvora de su cuerpo , aunque la prueba de la parafina será la que determine si aún quedaban residuos.

Además, la Guardia Civil halló al menos dos escopetas de caza, tres pistolas y varias armas blancas (incluidos unos machetes) en un armario de la vivienda. El encartado carece de licencia de armas, pese a ser un gran aficionado a ellas. También guardaba bastante munición. La ley prohíbe guardar armas cargadas en casa. Ahora, los expertos de la investigación están elaborando el atestado, en el que se incluirá un estudio balístico y de la trayectoria de los disparos.

La víctima es hijo de los dueños de Bodegas Frontelo , un negocio local muy conocido, un amante de los perros y jugaba al fútbol en el equipo del pueblo. También era muy conocido en Almorox (Toledo).

En cuanto al detenido, tiene varias empresas con su hermano Conrado (una de ellas, de ventas, con sede social en el chalé de Cadalso donde ocurrió la muerte) y lidera una mercantil de ciberseguridad y ha escrito un libro sobre ‘hackeo’ informático .