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Gabilondo recibe el alta: «Tengo que tomarme la vida con otra escala de valores»

El líder socialista reconoce que la campaña ha sido muy exigente y recuerda que «cuando crees en algo, el corazón también va contigo»

Ángel Gabilondo a su salida del Hospital Ramón y Cajal EP

Sara Medialdea

Demasiado corazón, como dice el tema clásico. Tal vez eso haya influido en la indisposición que sintió ayer el líder del PSOE madrileño , Ángel Gabilondo, que esta mañana ha recibido el alta en el Hospital Ramón y Cajal, donde pasó la noche en observación tras sufrir una arritmia. Él ha querido dejar claro que su problema no ha tenido nada que ver con la vacuna que se le administró ayer contra el Covid, porque los síntomas los tuvo antes de inocularle la dosis. Reconoce el peso de una campaña electoral «muy exigente» y ahora se tomará la vida con «una escala de valores» y «una serenidad» diferentes .

A las puertas del hospital, donde ha recibido aplausos de varios sanitarios, Gabilondo ha señalado que se encuentra «muy bien y mejor que cuando vine». Ha agradecido el cariño que le han demostrado muchas personas, de todo tipo de ámbitos tanto públicos como privados.

Reconoce que el «esfuerzo y la tensión emocional» de una campaña «muy exigente» le han afectado. Porque, como él mismo explicaba, « cuando crees en algo, el corazón también va contigo ». Eso sí, ha querido desvincular completamente lo sucedido con la vacuna frente al Covid-19 que recibió ayer.

Las recomendaciones médicas, ha explicado, son que se tome la vida con más serenidad. A su juicio , «esto no ha sido una causa única , la exigencia de la campaña ha podido influir pero no creo que sea la causa. Yo también tengo que aceptar que no soy un chaval», ha indicado, recuperada su habitual templanza. En cualquier caso, ha admitido que «ha sido una campaña muy exigente y mi cuerpo me esta diciendo que tengo que tomarme la vida con otra escala de valores».

Gabilondo no retirará su acta de diputado en la Asamblea de Madrid. Ayer jueves, pocas horas después de quedar ingresado, le visitó en el hospital la presidenta electa Isabel Díaz Ayuso, en un gesto que suponía de facto enterrar el hacha de guerra tras los enfrentamientos de la campaña.

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