«Aquí hay de todo, pero nos sentimos más tranquilos»
Una de las cámaras instaladas en la calle de la Montera. Se trata de una vieja reclamación vecinal atendida por el Ayuntamiento
POR M. J. ÁLVAREZ / C. HIDALGO
FOTO CHEMA BARROSO
MADRID. «Apenas hemos notado que están las cámaras de videovigilancia funcionando. Mira cómo están ... los alrededores». Esa es la opinión del dueño de una tienda de la calle Montera, que prefiere que omitamos su nombre. Sin embargo, es el sentir general, según los testimonios recabados por ABC, entre vecinos, comerciantes y meretrices. Es mediodía. Y, desde la mitad de la calle (a partir de la confluencia con San Alberto), hasta la Red de San Luis, hay una veintena de chicas apostadas en escaparates esperando clientela. Ésta parece que ni falta ni se deja intimidar por la presencia del ojo inquisidor que graba imágenes, no sonido, desde el 25 de febrero de 2008. «Quizá al principio unos y otros se sintieron algo coartados, pero ya lo tienen todo controlado. Saben que hay ángulos o zonas oscuras que escapan a la grabación», indica Juan, un residente. «Hacen de todo delante de todos, incluso agentes municipales. Si ni la comisaría ha servido», agrega Lucas.
Parecidos testimonios y panorama se repiten en la plaza de Soledad Torres Acosta, Desengaño, Corredera Baja de San Pablo, Ballesta... Incluso alguna mujer, en la calle de la Luna, cansada de estar de pie al sol, se sube al capó de un coche, a pesar de su minifalda y los tacones y se tumba, a esperar, cómodamente.
La instalación de los sistema de videovigilancia eran una vieja reivindicación vecinal a la que el Ayuntamiento de Madrid accedió, después de que los primeros, hartos, instalaran sus cámaras y colgaran las imágenes en internet. El objetivo de la decisión municipal fue frenar la prostitución y ser un método disuasorio de actividades ilegales.
En Hetaira lo niegan. «Han empeorado la situación. Solo pretenden vigilar a las meretrices. Si se pretendiera luchar contra la delincuencia estarían en otras calles».
«Es mejor que las haya»
En cuanto a su incidencia sobre los delitos, a falta de datos oficiales que no han sido facilitados, las opiniones de los residentes varían. «Quizá haya menos robos», dice Mercedes. Sin embargo, en una tienda de bolsos afirman lo contrario. «Es raro el día en que no entra alguien a comprar un billetero porque se lo acaban de «limpiar»». «Aquí sigue habiendo de todo. Trapicheos de drogas, peleas, tirones... Pero los vecinos preferimos que haya cámaras. Nos sentimos más tranquilos», indica un farmacéutico en Mesonero Romanos.
Fuentes municipales subrayan que «Montera se ha convertido en una de las calles más seguras de Madrid desde que hay cámaras». Y enumera las ventajas de éstas: «Son disuasorias y sirven de prueba judicial».
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