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El Gobierno de Carmena condena la represión en Nicaragua, pero justifica la cesión del local

El Gobierno y el PSOE aluden a la «libertad de expresión» para aprobar el acto prosandinista; PP y Cs critican el «cinismo» de Ahora Madrid

Vídeo: El pasado 19 de julio, el Ayuntamiento cedió un espacio para celebrar un acto en apoyo al régimen sandinista ABC Multimedia

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El Gobierno de Manuela Carmena , aunque esta vez sin fisuras, reflejó este martes su ambigüedad en la defensa de los Derechos Humanos. Ahora Madrid, al igual que todos los grupos políticos, votó a favor de condenar la represión y la violencia de Daniel Ortega en Nicaragua, pero justificó junto al PSOE la cesión de un local público para celebrar un acto en apoyo del régimen sandinista, responsable de más de 300 muertos, por encuadrarse dentro de la «libertad de expresión». Esta postura desató las críticas del PP y Cs, que en un nuevo frente común reprocharon la «equidistancia» y el «cinismo» de la marca municipal de Podemos y, especialmente, del concejal responsable de esta materia, Mauricio Valiente .

La votación, a mano alzada por petición expresa de PP y Cs –impulsores de dos mociones de urgencia que fueron unificadas–, hacía adivinar una nueva brecha ideológica en el equipo de Carmena, en la línea de casos como la petición de liberar a los presos políticos de Venezuela y recibirlos en la capital. Era previsible porque, como informó ABC, el acto prosandinista se celebró en un centro cultural del distrito de Arganzuela, presidido por Rommy Arce . Sin embargo, como avanzó Rita Maestre en su intervención, el Gobierno local apoyó «sin fisuras» las proposiciones para condenar la represión de Ortega y su vulneración sistemática de los Derechos Humanos. «Mostramos nuestra preocupación y solidaridad y condenamos las violaciones de Derechos por Ortega», dijo la portavoz del Ayuntamiento.

La eventual disciplina de voto, sin embargo, no impidió que los ediles Carlos Sánchez Mato y Yolanda Rodríguez votaran con el puño en alto. Ambos, como la propia Arce, Pablo Carmona y Montserrat Galcerán , pertenecen al sector más radical y a la izquierda de Ahora Madrid.

Que Sánchez Mato y Valiente sean dos de los representantes de IU en el equipo de Gobierno fue uno de los argumentos utilizados por la oposición para calibrar la supuesta doble moral de Carmena y los suyos, habida cuenta de que en el acto de Arganzuela estuvo presente la portavoz de esta formación en el Senado, Vanessa Angustia. «Esos son sus amigos», espetó el edil del PP Percival Manglano .

«¿Dónde está su compromiso con los Derechos Humanos?; ¿se esfuma en el momento que alguien es políticamente afín?», preguntó retóricamente Manglano antes de la votación en Cibeles, insistente en lo que considera como un acto de «cinismo» por parte del Gobierno: «Su discurso es una filfa, pura mentira; apoyan los Derechos Humanos en Nueva York y hacen lo contrario en Madrid». Ya conocida la posición de Ahora Madrid, Sofía Miranda (Cs) intensificó los ataques a Valiente por no ser él quien diese las explicaciones, pese a ser el responsable de Derechos Humanos en la capital. «Se ha deslegitimado, ideologiza los Derechos Humanos y no quiere hablar de que Ortega aplasta y masacra a su pueblo», declaró Miranda.

«Un acto político»

Pero lo que ayer embarró el debate fue si se debió ceder o no un espacio público y si ha de hacerse en el futuro. Maestre y la edil socialista Erika Rodríguez manifestaron posturas afines y justificaron la donación del local por un supuesto ejercicio de la «libertad de expresión», si bien incidieron en que no tienen por qué compartir el fondo de la cuestión. Mientras que la portavoz municipal aseguraba que «este Gobierno no cree en la censura previa», Rodríguez dijo que preservar este derecho «nos hace distintos de los totalitarismos» como el de Nicaragua. Finalmente, no salió adelante ni este punto de la moción ni otro referente a no aprobar nuevos proyectos de cooperación internacional con este país mientras siga la represión de Ortega .

Estas explicaciones, no obstante, no calaron en la postura de PP y Cs, inmóviles en su consideración de que bajo este argumento subyace un ideario muy claro. Percival Manglano, que señaló que presentan como libertad de expresión «un acto político», preguntó si aceptarían un coloquio sobre mujeres lapidadas. « Yo no apoyaría actos fascistas , pero vosotros sois equidistantes», añadió Sofía Miranda.

Las votaciones y el debate fueron la consecuencia de la información publicada por este diario la semana pasada. ABC reveló que el centro cultural de Arganzuela acogió un coloquio en apoyo del régimen sandinista. Esta suerte de conferencia, celebrada en paralelo a la espiral de violencia y represión del Gobierno de Ortega, contó con la presencia de la citada portavoz de IU, una treintena de simpatizantes y los embajadores de Venezuela, Cuba, El Salvador y Nicaragua. Bajo el lema «Amor por la revolución. Paz para Nicaragua», la Plataforma de Solidaridad con Nicaragua y el Frente Sandinista –organizadores– lanzaron un alegato contra una supuesta «operación de manipulación» sobre lo que se vive en este país.

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