Sánchez da a Rueda un «no categórico» a que Galicia gestione el litoral
El presidente del Gobierno elude los grandes compromisos, salvo para Altri y la planta de Stellantis en Vigo
El mandatario gallego apremia a dar ayudas a los afectados por incendios y ‘arranca’ un seguimiento de los Avril
SANTIAGO
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Iniciar sesiónAlfonso Rueda llegó este jueves al Palacio de La Moncloa con un abultado dossier y una carta de los familiares de las víctimas del Villa de Pitanxo. Tras una reunión con Pedro Sánchez de algo más de hora y media, se marchó con una negativa ... rotunda, un par de promesas y algunas vaguedades. El presidente de la Xunta, más de dos meses después de acceder al cargo, y de semanas insistiendo en la urgencia de la cita, pudo exponerle al del Gobierno las prioridades de Galicia. El jefe del Ejecutivo evidenció un «buen conocimiento» sobre los problemas y necesidades de la Comunidad. De ahí a ponerles solución media una distancia equivalente a las decisiones que adopte Sánchez en los próximos meses. Por lo de pronto, un gran borrón en el primer encuentro formal entre ambos mandatarios: ni hablar de transferir a Galicia la gestión del litoral.
«Categórico». Así reveló después Rueda, ante la prensa, el talante de Sánchez cuando «dijo que no», tras exponerle las razones por las que considera que la Comunidad debe asumir esta competencia. No solo tiró el presidente gallego de argumentos jurídicos, aportando el reciente dictamen, «palmario y muy clarificador», del Consello de Contas, que expone que la transferencia «solo depende de la voluntad política» del Gobierno. Por si consideraba que los informes de la Asesoría Jurídica de la Xunta son «de parte». También puso ejemplos prácticos, explicando la problemática de empresas en la tesitura de renovar concesiones. Que necesitan «certezas», «seguridad», que se garantice su «viabilidad». Nada de esto ablandó a Sánchez. Para más inri, la víspera se traspasó esta misma competencia a Canarias, bajo «circunstancias jurídicas muy similares». «Ante su negativa, le dije que Galicia, la Xunta y yo mismo vamos a seguir insistiendo porque creemos que nos asisten razones para que la transferencia se produzca», advirtió Rueda.
Minutos después, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, negó en una comparecencia que transferir la gestión del litoral sea una «cuestión de voluntad política». Se aferró al argumento que viene esgrimiendo el Gobierno de que Galicia no tiene reconocida en su Estatuto la posibilidad de asumir esta competencia, como sí tenía Canarias gracias a una modificación en 2018. Repreguntada, la portavoz reiteró que se trata de «una cuestión meramente jurídica que tiene que ver con una modificación del Estatuto de Autonomía que no se ha producido». «Animo, además, a emprenderla», apostilló.
«Hagámoslo bien y hagámoslo conforme a Derecho», insistió. Adicionalmente, ha enviado un «mensaje de tranquilidad» a los ciudadanos y empresas afectados, asegurando que «no existe ningún riesgo» pese a los cambios que introduce la Ley de Costas, y añadió que en este sentido la ley «es igualmente aplicable» tanto en CCAA con la gestión transferida como en aquellas que no la poseen.
Nota esperanzadora
Que, pese a este revés, Rueda -cuyo careo con Sánchez, que arrancó sobre las 12.10, estuvo encajado entre el que había mantenido con Alfonso Fernández Mañueco y el de la tarde con Juanma Moreno-, dejara una nota «esperanzadora», se explica, fundamentalmente, por el par de promesas en materia industrial que puso sobre la mesa el presidente del Gobierno. No hubo, precisó el titular de la Xunta, «muchos acuerdos concretos», sino más bien algunas expectativas. La principal: que existe «una probabilidad muy alta» de que el proyecto de fibras textiles de Altri en la provincia de Lugo opte a los fondos Next Generation. Sánchez aseguró, además, que era «consciente» de los temas a solventar para que este proyecto se materialice, y en todo caso, ofreció «buenas perspectivas». «Nos quedamos mucho más tranquilos», confesó Rueda, aunque en adelante estarán «vigilantes».
Más tibio fue el compromiso de llegar a un entendimiento con Stellantis Vigo, después de que las condiciones del PERTE del sector de la automoción dejaran fuera de juego a la factoría de Balaídos. Rueda remarcó que «necesitamos alguna vía de financiación adicional» y Sánchez respondió que este asunto está «encauzado». Por tanto, «buenas sensaciones» en lo referido a estos dos casos, a la espera de que «se concreten».
Con cuatro grandes prioridades -fondos Next Generation, desbloqueo del colapso sanitario, infraestructuras y gestión del litoral- sobre la mesa, el presidente del Gobierno no fue mucho más allá a nivel de compromisos. Se avino a habilitar una «mesa de seguimiento de la evolución del contrato» de los trenes Avril, que de llegar el pasado mes de julio parece que no lo harán antes del segundo trimestre de 2023, y Rueda demandó un chequeo similar de la reparación de la A-6 tras la caída del viaducto.
De entrada, lo primero que se abordó fueron los incendios. Rueda pidió la «misma actitud» que ha tenido la Xunta; esto es, celeridad a la hora de habilitar ayudas a los damnificados. Mediante la «figura jurídica o fórmula que estime conveniente», ya sea la declaración de «zona catastrófica» u otra, pero en aras de la «rapidez». Como ya había avanzado en las semanas previas, también reclamó «certezas» sobre los fondos europeos; crear la especialidad de médico de Urgencias -Sánchez dijo que hablaría con la ministra de Sanidad-; avanzar en la transferencia de la AP-9 y en el nuevo modelo de financiación autonómica; entre otros asuntos.
Rueda prometió colaboración y diálogo y una lealtad vigilante. Fiel a su estilo, apreció el tono «cordial» de la cita, más allá de «negativas rotundas que no aceptamos». Pero advirtió: si la «buena disposición» en otros temas «no se materializase», «me molestaría especialmente y lo denunciaría».
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