Sólo la izquierda puede reventar la moción a Jácome

Está claro qué gana el PSOE: una alcaldía urbana que no tenía. Menos evidente es qué obtiene a cambio el PP, socio imprescindible para que prospere la censura. Algunos dirán que los socialistas respetarán así el orden de las cosas en la Diputación, donde recordemos que el PP gobierna con una mayoría simple, al faltarle un diputado para la absoluta. Ay amigos, pero es que ese orden ya lo habían amarrado los populares con el acuerdo de Carballiño.

Las cosas hay que contarlas como son. El pacto de Carballiño lo propicia un alcalde socialista que está de salida, que muy probablemente no repita como candidato y no quiere que este mandato final sea un infierno en el que no pueda arreglar una acera. Y ha optado por una salida muy pragmática: si el PP no es tan terrible en Orense ciudad, ¿por qué habría de serlo en mi concello?

También hay una variable que no es menor: Pachi Vázquez. Su relación con Fumega es manifiestamente mejorable. El alcalde sabe que pactar con el PP cierra la puerta a una moción que lo desaloje y sitúe al exlíder socialista de vuelta en la alcaldía, ya sea directamente o por persona interpuesta. Fumega gana tranquilidad, y ya veremos si llegado ese último año le entrega o no al PP el bastón de mando.

¿Y qué gana el PP con Carballiño? Que la tranquilidad que proporciona al concello se extienda a la Diputación, donde uno de los representantes del PSOE es concejal de Fumega, y en contraprestación al acuerdo local va a consolidar la mayoría de un Luis Menor que se está destapando como un político hábil, con visión estratégica, de poco ruido y muchas nueces.

Es decir, las operaciones políticas de Orense y Carballiño no están conectadas. Si fracasa la primera, la segunda seguirá adelante porque ya está firmada. Pero seguramente la gestión del pacto de Carballiño sí pueda enturbiar lo que ocurra en la capital. La pelota está en el tejado de los socialistas, que recordemos necesitan los votos del PP para la moción de censura de manera impepinable.

Así que no se entiende este nuevo alegato de Besteiro en favor del muro contra los populares tras lo sucedido en Carballiño. Extraña manera de intentar seducir al que tiene los votos para investir a tu candidato. Ahondar en el desprecio al PP es la mejor manera de reventar una operación extremadamente compleja y que está consiguiendo reunir a adversarios políticos acérrimos.

Aquí entra en juego también la variable nacionalista, otra pieza fundamental para que prospere la moción de censura. El BNG está confirmando la terquedad y miopía que caracterizan su andadura política, dejándose llevar por un sectarismo improductivo. Orense precisa de menos humos y algo más de cintura. Provocar al PP con desplantes y líneas rojas solo tiene un beneficiario: Jácome. Hoy solo hay una cosa cierta: aquel que reviente esta operación lo pagará en las urnas. Al tiempo.