El cerebro causaría las variaciones menstruales tras pasar el Covid

Un estudio gallego indaga en las razones del sangrado abundante después de ponerse la vacuna

Mujer vacunándose contra el Covid EP

Á. VIDAL

SANTIAGO

La ginecóloga gallega Cristina González Cea está desarrollando una investigación que busca demostrar que el virus responsable del Covid-19 (SARS-CoV-2) induce un «pico hormonal en el cerebro» que, al «sobreestimular» los ovarios, provocaría las alteraciones menstruales —relación que ya ha sido confirmada— ... tras recibir la vacuna o pasar el virus. Según estudios realizados en Estados Unidos o Extremadura, hasta el 60% de las mujeres podrían haber experimentado alteraciones o un sangrado menstrual abundante tras la vacunación contra la Covid. Por este motivo, a finales de octubre, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) recomendó que se agregase el sangrado menstrual abundante a la información del producto como un efecto secundario de frecuencia desconocida de las vacunas de Pfizer y Moderna, dos de las más populares, según recoge Europa Press.

Con estos cambios demostrados, González decidió centrarse en el porqué concreto de las alteraciones menstruales, motivo por el que arrancó un estudio para determinar las causas de estas variaciones junto al Instituto de Investigación Sanitaria (IDIS), ubicado en el Hospital Clínico de Santiago. Todo partió de su experiencia, pues veía que llegaban muchas mujeres a urgencias de ginecología con este tipo de síntomas.

Hasta el momento, la principal hipótesis es que, a nivel cerebral, se produce un pico hormonal que provoca una «hiperovulación» o una «ovulación fuera de ciclo», que es lo que genera el descontrol hormonal posterior y la hemorragia desordenada. Antes del ciclo mensual de la mujer, se liberan en el cerebro dos hormonas encargadas de estimular la producción del ovario. Dan paso entonces a estrógenos y progesterona que, en una determinada combinación de cantidades, son las que producen la ovulación. «Esto justificaría la menstruación en menopáusicas, donde los ovarios no funcionan, por lo que la estimulación no puede venir del ovario; tiene que venir de otro sitio y tendría lógica que lo hiciese desde el cerebro, que vuelve a activar el ovario», señala a Ep González.

Insiste, con todo, que no es la formulación de la vacuna la causante, sino que la razón está más vinculada a algún componente del SARS-CoV-2. El denominador común en las pacientes era 'contar con el virus' en su cuerpo, ya que respecto a las dosis recibidas de la vacuna, «el comportamiento era completamente anárquico». De cara a la cuarta dosis, no tiene por qué empeorar: los desórdenes ocurrían «indistintamente» de las dosis recibidas.

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