Hazte premium Hazte premium

Susana Díaz tampoco llena en Vigo

Su gran acto en Galicia, organizado por Abel Caballero, no se convierte en el esperado baño de masas de la andaluza

Susana Díaz enseña el facsímil del acta de matrimonio de los padres de Pablo Iglesias, en Orense EP

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

Las comparaciones son odiosas. Pero el miércoles en Pontevedra —una ciudad donde el PSOE es marginal— Pedro Sánchez llenó la Plaza del Teucro con medio millar de fieles, muchos de ellos seguramente no militantes, pero ahí dejó el listón. Susana Díaz contaba con un golpe de efecto este s´bado en Vigo , la mayor ciudad de España que gobierna un socialista, Abel Caballero, uno de sus principales valedores en esta carrera de primarias. Pero la foto del baño de masas no se produjo. Apenas 300 personas en un vestíbulo del Auditorio Mar de Vigo en el que el PSOE ha llegado a rozar los mil asistentes en mítines de campañas electorales... con la presencia de Sánchez. Pinchazo amargo, que se suma al pírrico medio centenar de Ferrol y los cerca de 150 en La Coruña . En Vigo, la organización retrasó casi media hora el inicio del acto para intentar maquillar las decenas de sillas vacías.

El ardoroso verbo de Díaz, siquiera la curiosidad por verla mitinear en Galicia por vez primera, no movió a las masas. Entre los suyos no se ocultaba una cierta decepción. Esperaban más, sobre todo en un territorio como el gallego, donde eran necesarias exhibiciones de poderío para contrarrestar la alargada mano de la capitidisminuida gestora interina, alineada con Pedro Sánchez.

Los 300 asistentes de Vigo se notan fríos, destemplados. Caballero tiene incluso que reprenderlos por el escaso ánimo con el que ponen color a los discursos. El alcalde se entrega desde el minuto uno. «Susana, eres la líder que necesita el partido», encabezando un proyecto «genuinamente de izquierdas que tiende al centro». «Yo hoy solo veo una líder», pronunció rotunda Carmela Silva , la misma que diez meses atrás, en idéntico escenario, vaticinaba a Pedro Sánchez que, con él, «llegaría la luz a España». Son pasiones mitineras.

«Hace falta que el PSOE esté unido, que recuperemos la fraternidad; mis rivales están fuera; los de dentro son compañeros, apoyen a quien apoyen»

La presidenta andaluza goza en el atril. Y sufre. Y se emociona. Y todos sus estados de ánimo los contagia al público. O lo intenta, cuanto menos. «Fijaos si le tengo cariño a Vigo que me he venido el día del alumbrado de la Feria de Abril de Sevilla» , ironizó para descorchar su intervención. Durante una hora —de reloj—, habló algo de España, pero sobre todo mucho del PSOE, reivindicando «el de siempre, el de Felipe y Alfonso, el de Zapatero», que lejos de ser una pieza nostálgica de museo «tiene nuevas soluciones a nuevos problemas». «Levantar el PSOE para levantar a España» , repitió por Vigo y Orense como mantra ante sus compañeros, con los que se comprometió a comportarse «como una buena socialista». A Sánchez no lo nombra. Hay que hilar fino para encontrar leves reproches a la veleidad de algunos de escorar al partido o de plegarse ante la «izquierda inútil» de Podemos, a la que fustiga con saña. «Me gustan más las leyes y el BOE que las pancartas» , confiesa, «cuando algunos vienen a decirnos que no somos la izquierda pura y auténtica que ellos representan yo les digo, ¿qué habéis hecho por España?»

«No solo no han gobernado desde la ética de lo público, parece que utilizan las instituciones del Estado para beneficiar a su partido»

Su receta es apelar al orgullo socialista. «Quiero que recuperemos la moral de la victoria», planteó, «no voy a pedir perdón por decir que quiero ganar». «No nos va a acomplejar nadie», repite Díaz, que se lleva mejor con las soflamas a los suyos que con el rigor de los datos. Acusó a la Xunta de no pagar becas de comedor, de suministrar la vacuna de la hepatitis C obligada «por los tribunales» y sacó pecho por ser Andalucía «la que más gasta» en la ley de la dependencia .

Luego prometió extender la educación gratuita «hasta la universidad» , si consigue «romper el techo de cristal» y logra el liderazgo del PSOE y gana las próximas elecciones generales. Habló de la sanidad pública y la necesidad de que sea de calidad «y sostenible», pero sin mención a las manifestaciones que los médicos andaluces han protagonizado en los últimos meses. Y del impuesto de sucesiones, ni palabra. No tocaba. «Somos el PSOE y sabemos cómo hacernos cargo de España», remató.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación