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Juan Soto - EL GARABATO DEL TORREÓN

Puigdemont es el modelo

Es el espejo en el que se miran unos cuantos de esos pollitos/as que dan el salto desde las instituciones democráticas a las tribunas golpistas

Del golpe de estado asestado en Francia por Luis Bonaparte, el (presunto) sobrino de Napoleón, sólo quedó el célebre ensayo de Marx, jibarizado en las hojas de los almanaques del Corazón de Jesús con redundante cita: «La historia se repite dos veces, primero como tragedia ... y después como farsa». En octubre de 1934, la huída por las alcantarillas de Barcelona de Josep Dencàs, el jefe de Estat Catalá, no tuvo la dignidad de una gran tragedia, sobre todo si recordamos como finalizó la vida política del personaje: abrazado a la derecha de Gil Robles. Claro que, al lado del Puigdemont fugándose a Bruselas con el rabo entre las piernas, en petición de árnica y dejando a los suyos con el culo al aire, Dencàs cobra dimensión ciclópea. Es como si comparamos las fugas de El Lute con la fuga de El Dioni. No conviene dejarse confundir: Puigdemont no enarbola la bandera de Macià (tengamos la misericordia de no aludir aquí a Companys) sino la del Capitán Araña.

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