Prestaciones y subsidios son el sustento principal del 44% de los hogares gallegos

En 2017, los salarios constituían la mayor fuente de ingresos para el 45,27% de los hogares, continuando una senda de ascenso iniciada en 2014, aunque sin recuperar todavía los valores previos a la crisis (en 2007 el porcentaje superaba el 50%). Casi al mismo nivel, las prestaciones representan el aporte principal para el 43,78% , experimentando en este caso una tendencia a la baja, pero sobrepasando aún el dato de una década atrás: 37,35%.

Crece por tanto el volumen de hogares dependientes de ingresos del trabajo por cuenta ajena, pero baja el peso relativo de estos ingresos en las economías domésticas. Así sigue en aumento el porcentaje de hogares en los que existe un sueldo que no facilita el sustento principal . En el año 2007 el salario era la fuente fundamental de ingresos para el 82,39% de los hogares con personas asalariadas; en 2017, en cambio, los sueldos representan el aporte principal para el 79,66% de las casas en las que entran rentas del trabajo por cuenta ajena. A la inversa, la dependencia de las prestaciones crece también en estos hogares con ingresos salariales : para el 14,07% los mayores ingresos provienen de pensiones o subsidios (cuatro puntos más que en 2007). Dicho de otro modo, aunque algún miembro del hogar lleve a casa un sueldo, el ingreso por salarios es inferior al ingreso por prestaciones.

Según la serie histórica publicada por el IGE, se afianza así la dependencia de prestaciones. El porcentaje de hogares en los que los salarios representan más del 50% de los ingresos totales ha bajado 4,89 puntos entre 2007 y 2017, mientras crece en 6,04 la proporción de familias para las que las prestaciones suponen más de la mitad de sus recursos.

Y eso, cuando en términos de ingresos medios los salarios representan las cuantías más altas: los hogares en las que estas rentas del trabajo por cuenta ajena constituyen el sostén principal contaron en 2017 con un aporte medio mensual de 2.486 , por delante de aquellos en los que el aporte principal es el trabajo por cuenta propia (2.199 euros) y de los dependientes de prestaciones (donde el ingreso promedio fue de 1.649 euros).

Una vez más, la estadística refleja una brecha territorial clara entre las provincias orientales y la fachada atlántica de la Comunidad. En Orense, el porcentaje de hogares en los que más de la mitad de sus ingresos depende de prestaciones alcanza el 53,66% del total, frente al 45,82% de Lugo, el 41,47% de Pontevedra y el 40,45% de La Coruña (la media gallega se sitúa en el 43,06%).

Y la dependencia de pensiones y subsidios se agudiza en el sur de la provincia orensana. Mientras en las provincias de La Coruña y Pontevedra en todas las comarcas se alcanza al menos un 50% de hogares con alguna persona asalariada, son mayoría las áreas de Orense y Lugo (salvando Orense ciudad, Lugo central y A Mariña) que no alcanzan esa proporción. La mayor incidencia de hogares con rentas del trabajo se concentra en la comarca de Compostela, donde casi siete de cada diez familias cuentan con ingresos por salario. En el extremo opuesto, aparece el sur de Orense, donde el porcentaje apenas supera el 35%. Como media, el 56,82% de los hogares en Galicia tienen una persona asalariada (subiendo un 0,19 respecto a 2016).