Al monte

¿Querían que los viese el presidente Rajoy? ¿Avisaban al ministro de Fomento de que aquí están ellos para denunciar las injusticias? No lo crean. Hace tiempo que todos los gestos del nacionalismo van encaminados a recuperar el voto que se les ha ido a las Mareas. A Podemos le ha dolido que sea el Bloque y no ellos quien haya ocupado el Pazo de Meirás para chinchar a los Franco, y también que en el asunto autopista les adelanten por la izquierda en reivindicaciones populistas.

A la administración no le queda otra que cumplir el acuerdo que firmó el gobierno Zapatero con Audasa –obras de ampliación a cambio de subida de peaje– pero la batalla por el voto rupturista no se juega en las instituciones sino en la calle. Este miércoles el alcalde de Santiago sonreía entre cargos del Partido Popular, mientras Rubén Cela o Bieito Lobeira se saltaban la normativa de tráfico para protestar contra las injusticias. ¿Quién es más moderno?

Hace unos años los de Ana Pontón perdían militantes jóvenes, atraídos por las formaciones afines a Pablo Iglesias, ahora que los despachos municipales se han llenado de coletas, gorras y camisas por fuera del pantalón son los activistas bloqueiros maduros —algunos pasan de los 60— los que se echan literalmente al monte con tal de recuperar el título del más rebelde.

Los vamos a seguir viendo en cada protesta, reconquistando la calle que les arrebataron sus competidores. Los que proponían desde dentro alejarse de la extrema izquierda y viajar hacia el centro —donde está la mayoría social— fueron purgados o escaparon cansados de tanto radicalismo. La depuración valió la pena, ahora están disfrutando de verdad de una segunda juventud, diciéndole a los de las Mareas eso de «tú antes molabas» y «desde que pisas moqueta ya no eres el mismo».