Feijóo fija los retos de su nuevo equipo y recalca la apuesta por el Xacobeo y la FP

Cruzado el ecuador de la legislatura, Feijóo pone deberes a su equipo. En la toma de posesión de los nuevos miembros del Gobierno, recordó a sus subordinados que ser nombrado conselleiro no significa «ser jefe de nadie, sino empleado de todos los gallegos» y advirtió que les será aplicado el «mismo nivel de exigencia» que a todos los que le precedieron desde que llegó al poder en 2009. Mensaje para Fabiola García, nueva conselleira de Política Social, José González, titular de Medio Rural, y Carmen Pomar, desde ayer responsable de Educación.

A los tres ya les esperan asuntos encima de la mesa. Feijóo encargó a Pomar seguir profundizando en la senda de mejora de la calidad educativa, «incluido el refuerzo de la FP, que deja de ser una de las principales preocupaciones para este Gobierno para convertirse en una única prioridad ». Lo mismo para Política Social. García recibió los elogios del titular de la Xunta después de haber gestionado, desde su cargo como directora xeral de Maiores e Persoas con Discapacidade, el «70% del presupuesto» que administra el departamento que ahora abandona José Manuel Rey Varela. En cuanto a Medio Rural, a González le espera un aterrizaje halagüeño:todo apunta a que la campaña de incendios se cerrará con resultados históricos. En adelante, la Xunta fía el futuro del departamento al «rigor» y a la «capacidad de diálogo» con la que el diputado logró aprobar —de común acuerdo con el PSdeG—el dictamen de la comisión de política forestal.

Pero los conselleiros veteranos tampoco esquivaron la lista presidencial de tareas. Sobre todo en aquellos que son protagonistas de la reordenación de competencias. A Román Rodríguez, por ejemplo, le corresponderá hacer del próximo Xacobeo el mejor escaparate de Galicia. «No llega con organizar un Año Santo aceptable, ni siquiera con un Año Santo bueno», advirtió Feijóo. «Tenemos que trabajar por la excelencia, con el objetivo de hacer el mejor Año Santo de nuestra historia» . Rodríguez asumirá, además de Turismo, el control sobre las política de promoción lingüística.

En otro apartado se sitúan los departamentos de Infraestruturas y Competencia. El de Ethel Vázquez absorberá «todas las competencias en obra pública» con la incorporación de Augas de Galicia, y el que ahora comandará Ángeles Vázquez tendrá que profundizar en la reordenación del territorio y «la armonización urbanística» , labores que ya dejó encarriladas Beatriz Mato con la aprobación de una nueva Lei do Solo, la guía de colores y materiales o el reciente plan básico autonómico.

A los demás miembros del Gobierno les queda culminar su hoja de ruta. Liderar, como en el caso de Valeriano Martínez (Facenda), la posición de Galicia en la reforma de la financiación autonómica o velar, como Francisco Conde (Economía e Industria), por las señales que advierten de una ralentización generalizada del crecimiento. Rosa Quintana, desde Mar, atenderá al futuro de la pesca gallega en la UE post-Brexit. Y Alfonso Rueda, escudero del presidente, seguirá al mando de la atalaya administrativa y de Justicia de la Xunta.

Todos posaron en la foto de ayer del Pazo de Raxoi. El retrato de un acto solemne, centralizado por los rostros primerizos, y un punto nostálgico tras las despedidas de Mato y Rey Varela . Ambos se desembarazaron de uno de los últimos pasos antes de dedicarse plenamente al objetivo que les ha encomendado el PP: recuperar en 2019 las alcaldías de La Coruña y Ferrol.

Las elecciones municipales se antojan como la prueba de algodón del rupturismo, y en un plano más general, de la fortaleza del PSOE, ahora en el Gobierno. Los socialistas han recuperado protagonismo en la diana del PP. Así que F eijóo no perdonó la ocasión para lanzar alguna que otra carga de profundidad al Gobierno , acosado por los escándalos y su debilidad parlamentaria. Frente a ello, frente a «las hipotecas» y «los pactos de despacho de minorías incompatibles», el presidente autonómico resaltó la estabilidad, la fortaleza y la coherencia de un equipo que afronta la segunda mitad de legislatura enfocando la lupa de la exigencia contra sí mismo.