Entrevista a Elena Candia, presidenta provincial del PP en Lugo
«Puede que Campos tenga el enemigo en casa, porque si no es inexplicable»
«El ‘besteirismo’ vino para quedarse, si no de frente, de perfil o a escondidas», explica la popular en conversación con ABC
Los desencuentros en el PSOE de Lugo tras las municipales de 2015 llevaron a la popular Elena Candia (Mondoñedo, 1978) a asumir de forma sorpresiva la presidencia de la Diputación durante cuatro meses, hasta que socialistas y nacionalistas pactaron una moción de censura para desbancarla. «Decían que querían restablecer la normalidad democrática en la institución, no me voy a reír de esa reflexión porque la cosa es muy seria», señala en conversación con ABC la también presidenta provincial del PP lugués en unas semanas en las que la institución ha vuelto al primer plano de la actualidad por la nueva crisis de gobierno protagonizada por los socialistas.
—¿Qué escenario queda en la Diputación de Lugo tras la salida de Manuel Martínez del gobierno provincial?
—El gobierno queda en una posición muy debilitada. Darío Campos empezó con trece diputados provinciales en su gobierno, a los ocho meses se rompió el pacto con el BNG y en este momento, eliminando uno de sus compañeros del grupo socialista, pasa a gobernar con 10 de 25. Eso es una minoría que indudablemente tiene que aceptar y desde el PP vamos a intentar seguir siendo constructivos y buscando el acuerdo en aquello que es importante en la provincia. Si aceptan que están en una minoría muy debilitada y realmente consideran que la única manera posible de gobernar es llegar a consensos, tendrán siempre nuestra mano tendida. Si no es así, si siguen instaurados en esa cerrazón, pensando que tienen mayoría absoluta y tomando decisiones de manera improvisada pues pasará como en los últimos plenos, que no sacarán las iniciativas adelante, porque con imposiciones no se trabaja en minoría y estamos bastante hartos de que se nos tome el pelo, no solo a nosotros sino también a nuestra provincia.
—Pedirán en el próximo pleno la reprobación de Darío Campos como presidente de la Diputación, ¿no ha estado a la altura?
—A los hechos me remito. Pasadas unas circunstancias lo suficientemente dantescas como para hacer ese balance yo creo que no ha estado a la altura. Ha tenido durante tres años una oposición constructiva que les ha permitido tener presupuestos. Su inacción no deriva de no poder hacer, no puede echarle la culpa a la oposición de que esté atado de pies y manos, al contrario, ha tenido una estabilidad para actuar dentro de la más absoluta normalidad. Lo que pasa es que entre ellos no se entendieron, no dejaron de utilizar la institución para sus problemas de partido y el responsable es indudablemente el presidente, que tiene que tener autoridad y fijar la forma de trabajar. Ha acabado confundiendo Diputación y PSOE de una manera tan peligrosa que nos ha llevado a esta situación y nadie ha asumido la responsabilidad, nadie ha dicho la culpa ha sido mía, me he equivocado.
—¿Cree que le ha quedado grande el papel de presidente?
—Nunca asumió el papel que realmente le corresponde y nunca se cortó el control umbilical de la crisis del PSOE. Seguramente se le ha quedado grande el cargo, y seguramente no se asesoró bien. A veces nuestro grupo llega a pensar que hay alguien que por alguna razón lo está asesorando mal, porque desde luego hay algunas decisiones que es imposible hacerlo peor. Detrás de todo eso tiene que haber alguien que por alguna otra razón no quiere que se consolide y no quiere que tenga un gran liderazgo. Vamos, que el enemigo puede hasta tenerlo en casa, porque si no es inexplicable.
—¿Se refiere al entorno del «besteirismo»?
—Hay muchos comentarios y muchos compañeros del PSOE que efectivamente confirman que el «besteirismo» no se ha ido, que parece que vino para quedarse, si no de frente pues de perfil o a escondidas, pero sigue organizando. Yo no lo sé porque no soy militante ni cargo orgánico de ese partido, pero sí es verdad que hay determinadas eventualidades que son extrañas y parece difícil entender cómo se pueden hacer las cosas tan mal, salvo que alguien quiera que realmente la cosa dentro del PSOE esté muy confundida. Ya sabe que a río revuelto ganancia de pescadores. Es posible que alguien esté liderando esa estrategia.
—¿Volverá el PP a aliarse con Martínez en los plenos de la Diputación?
—Para nosotros este nuevo escenario es un escenario de oportunidades que intentaremos aprovechar, algunas veces coincidiremos con Martínez si pasa a incluirse en el grupo de los no adscritos, que hasta la fecha no está confirmado. Creo que harán un juego para ganar tiempo y evitar que intervenga en los plenos, porque es evidentemente demoledor en sus comentarios. Pero unas veces con Martínez, otras con el BNG, otras veces con el gobierno intentaremos llegar a acuerdos y sacar iniciativas adelante. Nos quedan varios meses por delante especialmente interesantes, siempre pensando en el bien de la provincia.
—Como presidenta provincial del PP en Lugo, ¿espera que la crisis del PSOE en la provincia les beneficie en las próximas municipales?
—Tenemos que hacer un esfuerzo para explicarle a la gente lo que está pasando y poner en valor nuestra coherencia. Además nosotros tenemos que tener nuestro programa y equipos perfectamente coordinados. Después los vecinos de nuestra provincia elegirán. De todas formas, el partido en la provincia no perdió las elecciones ni en el 2007 ni en el 20011, siempre ganó, pero no consiguió la mayoría para gobernar. Hoy más que nunca sabemos lo que han aportado los pactos de perdedores.
—¿Se han fijado objetivos?
—Tenemos que aspirar a gobernar en todos los concellos, pero los objetivos estratégicos son la Diputación y el concello de Lugo y con circunstancias como estas, que ponen en evidencia las alternativas, yo creo que estamos más cerca de conseguirlos.
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