La derrota de Bescansa ante Iglesias precipita su salida de la política

El adiós de la socióloga compostelana se produce después de que su derrota en las primarias gallegas le cerrase la única puerta que le quedaba para erigirse como contrapoder de Iglesias desde un cargo orgánico. Las votaciones finalizaron con un ajustado 55% de los votos para el vencedor, Gómez-Reino , y un 45% para Bescansa, que asumió toda la «responsabilidad» de este resultado, insuficiente para alcanzar la Secretaría General de la formación en este territorio.

Con la renuncia al acta por parte de la cofundadora del partido morado y la previsible salida de Íñigo Errejón para disputar la Comunidad de Madrid en las próximas autonómicas, el grupo de Podemos en el Congreso pierde a los dos referentes más críticos con Iglesias y que pugnaron –con derrota– contra su modelo de partido en Vistalegre II. El momento de mayor fricción entre Bescansa y la actual dirección del partido llegó el pasado mes de abril, cuando trascendió un documento que recogía un plan urdido por la socióloga para disputarle el liderazgo del partido a Iglesias con la ayuda de Errejón. Tras este hecho, la gallega perdió todas sus opciones de formar parte de la candidatura del partido a la Asamblea de Madrid y quedó relegada en el grupo parlamentario de la formación.

«En todo este camino opté por decir siempre lo que pensaba, porque creo que es lo que debe ser Podemos. Y como es bien sabido opté por hacerme a un lado cuando no estaba de acuerdo. Nunca he aceptado argumentos de fuerza o de poder», aclaró la propia Bescansa en rueda de prensa sin referirse al polémico episodio que supuso el divorcio definitivo con Pablo Iglesias.

La socióloga compostelana aprovechó además el anuncio de su paso atrás en la primera línea política para formular algunos reproches velados a la gestión de la actual cúpula del partido y en concreto a decisiones estratégicas como la de rechazar en 2015 la posibilidad de formar gobierno con el PSOE. En este sentido, la todavía diputada de Podemos reivindicó su apuesta por «facilitar el cambio político en España cuando podía producirse» a pesar del «riesgo» que entrañaba la operación. «Sigo pensando que no me equivoqué», zanjó una Bescansa visiblemente emocionada y arropada por varios miembros de su candidatura.