«Debemos fortalecer el PP para alcanzar el objetivo común de lograr la Alcaldía»

—¿Confía en imponerse el día 17?

—Todavía queda mucho trabajo por hacer y hasta el día 17 no está nada decidido. Lo importante son los votos que se ponen en urna. Yo hasta el momento estoy muy agradecida con el apoyo que estoy recibiendo y sintiendo de todos los militantes. Sabía que lo tenía de antes, pero hasta que se abre un proceso de estas características nunca mides hasta qué punto. Con todo, soy consciente de que lo importante es tener la confianza del máximo número de militantes y esto hasta el día 17, hasta que los afiliados depositen su voto en la urna, no se sabrá.

—¿Se puede interpretar en la candidatura de Javier Guerra una señal de división en el PP vigués?

—Aunque algunos quieran hacer esa interpretación, yo creo que es una muestra de que en el partido hay debate. Confrontar ideas y distintas opiniones es muy positivo. Si se presentase una sola candidatura entonces todo el mundo criticaría el pensamiento único y la falta de libertad de ideas. Ahora tenemos un proceso abierto y absolutamente democrático en el que los militantes van a poder ejercer su derecho al voto y decidir quién es el mejor y qué futuro quieren para el partido. Desde luego, solo con este proceso interno de debate ya estamos ganando, porque esto conseguirá que, independientemente del resultado, el día 17 el partido salga más reforzado.

—¿Ve necesario fortalecer la unidad?

—La unidad es fundamental en cualquier equipo y cualquier partido, pero si hay algo que considero fundamental es que cualquier integrante del PP de Vigo se sienta comprometido con el proyecto y que desde el primer al último militante se sientan protagonistas por igual. Que todos nos sintamos parte del mismo proyecto, con el mismo objetivo y siguiendo la misma hoja de ruta sin duda fortalece al partido de cara al gran objetivo que tenemos todos y que son las próximas elecciones municipales de 2019.

—¿Cree que le ha podido o le puede pasar factura ser la candidata señalada por Núñez Feijóo?

—Lo importante ahora es que me siento la candidata de los militantes del partido en Vigo. Hace dos años tomé la decisión de venir a Vigo y la tomé de corazón, con el único objetivo de luchar por los intereses de mi ciudad y de los vigueses. Lo hice porque creo firmemente que el Partido Popular es el que mejor puede representar los intereses de esta ciudad y mi compromiso es quedarme aquí y seguir trabajando por este objetivo. A quienes decían que si perdía las elecciones me iría, yo les digo ahora que sigo aquí.

—Se han alzado voces criticando la excesiva tutela de la dirección regional sobre el PP vigués, ¿es así?

—Yo no lo he vivido así en estos casi dos años. Sin pertenecer a los órganos del partido yo lo que he visto es que hay absoluto respeto tanto desde los órganos de dirección regional como provincial y no entiendo que se quiera hacer ver otra cosa. Es un argumento que utiliza mucho el alcalde de Vigo y un juego en el que yo, desde luego, no voy a entrar. Entre otras muchas cosas, porque no lo comparto.

—Lucía Molares se unió a su candidatura, no igual Guerra. ¿Se llegó a hablar de su integración?

—Yo con Javier he hablado en varias ocasiones aunque no recientemente. La voluntad de diálogo, de llegar a puntos de acuerdo, que estoy convencida de que son mayoritarios, debemos tenerla siempre abierta hasta el final.

—¿Habría posibilidad de integrarse después de la cita del 17?

—A partir del día 18 somos todos uno y quien no lo entienda así se equivoca. En este momento con el reto que tenemos por delante, de demostrarle a Vigo cuál es nuestro proyecto y qué necesita la ciudad frente al otro (el del Abel Caballero) que está absolutamente agotado, quien piense que no todos somos necesarios de cara a lograr la Alcaldía, se equivoca. El enemigo político es el PSOE y solo unidos seremos más fuertes.

—¿Y cuál es el proyecto que propone?

—Vigo necesita que presentemos un proyecto alternativo a lo que tenemos hoy en la ciudad. Caballero tiene un modelo agotado, sin ideas, lo vemos en los presupuestos, un documento que es un corta y pega de los del año anterior. Debemos potenciar nuestros sectores económicos y construir un Vigo atractivo para las empresas. Una ciudad abierta, dialogante, que tiende la mano a todos y que asuma su papel como principal ciudad de Galicia. Es importantísimo que los vigueses sientan que desde el PP atendemos sus necesidades.

—¿Nota desilusión en el afiliado?

—En el afiliado y el votante. Tenemos que hacer llegar nuestro mensaje y para ello es imprescindible tener un partido fuerte y renovado, donde desde el primer al último militante se sienta representado con el proyecto. Un partido abierto y participativo, que sienta que uno de sus puntales está en los jóvenes. Ellos son nuestro futuro y nuestro anclaje con una buena parte de los vigueses que tienen mucho que decir. Debemos hacer un PP más transparente, haciendo públicas las declaraciones de bienes de los integrantes de la directiva y las cuentas del propio partido. Un partido abierto a la ciudad, que los vigueses sepan que pueden encontrar respuesta a sus inquietudes. Para esto tenemos unas comisiones que proponemos que coincidan con las áreas del ayuntamiento y que se orienten a hacer propuestas de ciudad con el compromiso de llevarlas al pleno del ayuntamiento para que todo el mundo se sienta partícipe.

—Es un dato objetivo que el partido ha perdido poder local, ¿qué se ha hecho mal durante estos años?

—Hay que reconocer que los resultados no han sido buenos, de lo contrario no podríamos poner medios para solventarlo. En cuanto a qué se ha hecho mal, ha sido una suma de causas. Tras analizar la situación sí detectamos que los vigueses acusan un distanciamiento del PP con la ciudad, un alejamiento de sus necesidades. Hemos trabajado en recuperar el contacto y la cercanía, y en las últimas citas electorales se ha dejado notar el esfuerzo. Ni mucho menos es un objetivo cumplido para un partido que aspira a tener más hegemonía, pero hemos ido recuperando parte de los apoyos perdidos en las municipales. Aún queda mucho trabajo por delante.