La pandemia en la industria

Siemens quiere parar de producir componentes eólicos en As Somozas a pesar del buen momento que vive el sector y Endesa comunicaba estos días el cierre de la central térmica de As Pontes. Las pruebas de combustibles alternativos al carbón no les han dado resultado y quieren dejar de producir energía térmica desde el norte de Galicia.

Son dos jarros de agua fría en la economía gallega , que tiene por delante el reto de reconstruirse de cara a los tiempos post-coronavirus. Esto, además, cuando no está solucionado aún el problemón de Alcoa y las electrointensivas.

Muy llamativo, además, que Siemens tire la toalla en un momento en el que el eólico se anuncia como un posible sucesor del sector térmico en el norte de Galicia. Ahí hay algo que no encaja, alguien no está diciendo la verdad.

Cuestión aparte es la de Ence, que más por prejuicios políticos que por cuestiones técnicas podría tener los días contados en Pontevedra. Los trabajadores ya han empezado a movilizarse porque el ministerio de Transición Ecológica (sí, otra vez ellos) incluye ahora en el proyecto de Ley de Cambio Climático un artículo que le pone fin a la pastera en poco más de una década.

El negocio de la celulosa va viento en popa y el gobierno socialista de Asturias está encantado con la fábrica de Navia , pero aquí en Galicia una parte de la izquierda es más de destruir empleo que de defenderlo.

Corremos el riesgo de salir de la pandemia con la economía gallega preocupantemente tocada. Y no solo en el turismo o el comercio sino también la industria, que todos los economistas coinciden en apuntar que debe ser la base un sistema sólido. Sin industria mal vamos. Al cierre de fábricas le sigue la emigración y el desplome del consumo.