«Hay personas que usan velas porque les han cortado la luz»

El perfil del demandante de este tipo de ayudas es más urbano que rural, cada vez más joven y procedente de áreas diversas. «Al principio la crisis afectó sobre todo a los inmigrantes y a ex trabajadores de la construcción. Pero ya se está extendiendo a otros sectores, como la hostelería y el comercio. Se trata de ciudadanos procedentes de los niveles menos cualificados del sector servicios. Es gente muy normal. Que, ni por asomo, podían sospechar que iban a necesitar ayuda de Cáritas», asegura Jesús Moreno delegado diocesano de Cáritas.

Pedro, visitador médico jubilado de 73 años, es el coordinador de Cáritas en la parroquia del Espíritu Santo de Cáceres, uno de los barrios donde más se ha notado la sacudida de la crisis. «Cada día ayudamos a más familias», dice. En la actualidad, la parroquia atiende a 33 unidades familiares. «Hay personas que están usando velas en sus casas porque les han cortado la luz. Y les da vergüenza venir a pedirnos ayuda», confiesa este hombre de carácter afable. «Ésta es una de las parroquias más pobres. Aquí atendemos a matrimonios jóvenes con tres o cuatro hijos que tienen que pagar 400 euros por su vivienda y que ya no cobran nada de nada», relata. El 80 por ciento procede del sector de la construcción. Es el perfil más extendido en el Espíritu Santo y también en el vecino barrio de Llopis Ivorra. Más información en HOY de Extremadura