Zapatero se asoma otra vez al abismo en su examen «laboral» en el Congreso

La debilidad extrema del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero le llevará a otra situación límite este martes, cuando se debata en el Pleno del Congreso la convalidación o derogación del Real Decreto-Ley con las medidas urgentes para la reforma del mercado laboral. Sólo un mes después de que el jefe del Ejecutivo salvara el «tijeretazo» social, y de paso a sí mismo, por un solo voto y sin ningún apoyo de la oposición, de nuevo se enfrenta a otro ser o no ser esta legislatura, sin que nadie, hasta ayer mismo, le hubiera confirmado un voto afirmativo al nuevo «decretazo» aparte del Grupo Socialista. El «decretazo» llega a las Cortes sin la «bendición» del acuerdo social, tras el fracaso del diálogo entre empresarios y sindicatos.

El Ejecutivo, sin embargo, afronta este trance con algo más de tranquilidad que el mes pasado, ya que el presidente de CiU, Artur Mas, dejó claro la semana pasada que su formación política facilitaría la tramitación de la reforma laboral, pese a que no comparte su contenido actual. Una vez convalidado el decreto-ley, en el que se produce un abaratamiento del despido, habrá otra votación para que se tramite como proyecto de ley, y ésta sí que saldrá adelante con holgura. El proyecto se debatirá de manera urgente, como es reglamentario, y en ese proceso, que se prolongará durante el verano, los grupos podrán presentar las enmiendas oportunas para introducir cambios.

La incógnita popular

La gran incógnita sigue siendo el sentido del voto del PP. La portavoz del principal grupo de la oposición, Soraya Sáenz de Santamaría, ya explicó en el Congreso que su partido lleva pidiendo dos años una reforma del mercado laboral, y ahora será «consecuente» con esa posición, si bien no comparte el contenido del texto aprobado con prisas por el Gobierno tras dejar pasar dos años de legislatura sin tomar ninguna decisión; a su juicio, no sirve para crear empleo, y además es «confuso» y será fuente de conflictos en los tribunales.

El diputado del PP Ramón Aguirre apuntó el viernes pasado que su grupo podría inclinarse por la abstención, aunque no es una decisión formal todavía. En todo caso, Aguirre sólo puso voz en RNE a la opinión de muchos populares, que descartan un voto en contra porque están de acuerdo con llevar a cabo una reforma laboral, pero tampoco ven claro un voto afirmativo porque no se trata de la reforma del PP. Los populares se reservan su alternativa concreta para el momento en que se presenten las enmiendas parciales al texto.

Los republicanos se alejan

La izquierda parlamentaria (IU-ICV, BNG, Na-Bai) ha expresado ya su rechazo total al «decretazo» laboral, que tendrá su consecuencia el día 29 de septiembre, con la primera huelga general que soportará Zapatero en La Moncloa. ERC ve alejarse poco a poco la posibilidad de llegar a un acuerdo con el Gobierno, que ha preferido acercarse a CiU y hacer algún guiño al PP, como la extensión del contrato de fomento del empleo, y por tanto los independentistas catalanes se han distanciado en los últimos días del voto afirmativo del decreto-ley. La Ejecutiva del PNV, por su parte, decidirá hoy el sentido del voto de los seis diputados nacionalistas vascos. Lo mismo ocurrirá con UPN, mientras que UPyD ya ha anunciado que «no apoyará» la reforma. Coalición Canaria, como es habitual esta legislatura, no pretende ser un obstáculo para el Gobierno.