«El crimen organizado tiene un impacto de 25.000 millones de euros en la economía española»

Rubalcaba aportó durante más de una hora datos sobre los grupos investigados el año pasado (616) y los desarticulados: 354 totalmente y 207 de forma parcial; ha desgranado a qué se dedican (tráfico de drogas, delitos contra el patrimonio, blanqueo de capitales, delitos contra las personas y la libertad, ciberdelitos, trata de personas e inmigración ilegal y corrupción). Siete de cada diez son de carácter multinacional y el 21 por ciento los forman solo extranjeros. El año pasado se detuvo a 5.881 miembros de estos grupos, ni un tercio del total de investigados.

Las cifras ya fueron ofrecidas en julio por el Ministerio del Interior, pero esta es la primera vez que Rubalcaba acude al Congreso para dar detalles solo sobre crimen organizado, un problema que no minimizó, aunque tampoco enfatizó la gravísima amenaza que constituye. El ministro hizo eso sí una afirmación sorprendente: «No existen grupos de sicarios en España», una declaración que se contradice con lo que aseguran las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y con las informaciones que figuran en las propias notas de prensa de su Ministerio.

El portavoz del PP en la Comisión de Interior, Ignacio Cosidó, acusó a Rubalcaba de haber llevado al extremo el «apagón informativo» en el asunto de la criminalidad organizada y ofreció un dato inquietante: este tipo de crimen se calcula que tiene un impacto en la economía española de 25.000 millones de euros (se basa en las estimaciones de que supone entre el 5 y el 10 por ciento del PIB de los países europeos). Cosidó lamentó que “no estamos ganando la batalla contra el crimen organizado” y recordó que España es la plataforma de entrada de la cocaína y el hachís para toda Europa. El portavoz popular puso en solfa algunas de las cifras ofrecidas por Rubalcaba y le recordó que “en cuatro años se han duplicado el número de grupos criminales activos”. Incidió además en que el 55 por ciento de los detenidos son extranjeros (rumanos, colombianos y marroquíes a la cabeza) y lo relacionó con la política migratoria del Gobierno socialista. «España es netamente importador de crimen organizado –aseveró- pero también exportador; según el CICO proyectamos delincuencia a 66 países».