El hombre, acusado de delitos contra la propiedad intelectual, contra los servicios de difusión televisiva de carácter condicional y por defraudación de fluido eléctrico, tenía como centro de operaciones las provincias de Alicante y Málaga, desde las que aglutinaba todo el dinero por suministrar el contenido audiovisual de manera ilícita.
El detenido contaba con un «alto grado de especialización tecnológica« y para llevar a cabo sus actividades ilícitas desarrolló una sofisticada infraestructura informática desde la que prestaban servicios a sus clientes y que era administrada desde Reino Unido, destaca la Policía.
Los investigadores detectaron varios canales en una aplicación de mensajería instantánea dedicados a la comercialización ilícita de contenido audiovisual de pago. Desde distintas páginas web difundía sus servicios ilegales y proporcionaba a sus visitantes los contenidos necesarios para acceder a contenido multimedia utilizando teléfonos móviles y televisores con acceso a internet. En total, se estima que se han efectuado unas 50.000 descargas.
Analizando las páginas, los agentes observaron que a través de las mismas se ofrecía la posibilidad de abonarse a los canales de televisión que ofrecían, cuyo precio variaba en función de la duración del paquete contratado y del número de dispositivos en los que se quisiera visualizar.
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