La celebración central de la festividad de la patrona arrancará a las ocho de la mañana y será el único oficio de la jornada en la Basílica, que solo se abrirá cuando termine el acto, para permitir la mayor fluidez de visitas de fieles. Asimismo, los asientos se habilitarán en distintos bloques, con una distancia de un metro y medio entre ellos.
El tradicional perímetro del acto se distanciará este año de la plaza de la Virgen para evitar aglomeraciones y se desplegará una importante presencia policial durante todo el fin de semana que contará con un Puesto de Mando Avanzado en la plaza del Arzobispado.
La Catedral también permanecerá cerrada hasta las 11 horas y a las 12 horas se celebrará la misa pontifical con un aforo del 50%. El domingo por la tarde, sin previo aviso, la imagen de la Virgen saldrá en su Maremóvil por las calles de la capital del Turia, tal y como ya lo está haciendo estos días por los pueblos cercanos a Valencia.
Tras una reunión este lunes entre representantes del Arzobispado y de la Policía Nacional y Local, el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, ha puesto el foco en que no habrá campo visual desde la plaza de la Virgen y que se reforzará la presencia de agentes en los distintos cruces de entrada a este punto de la ciudad para que no haya incidentes. «Se trata del primer gran evento en un año y tenemos que demostrarnos que somos capaces de realizarlo con éxito para recuperar un poco la normalidad que necesitamos», ha insistido Cano.
Por su parte, el vicerector de la Basílica, Álvaro Almenar, ha insistido en la prudencia y responsabilidad para evitar aglomeraciones, por lo que ha llamado a quienes no tengan acreditación a que no se acerquen a la plaza y les ha emplazado a seguir el evento por televisión .
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