Tus hijos no son números y tú tampoco

La nomenclatura de las notas sigue siendo suficiente, bien, notable… Pero hasta ahora esas calificaciones se correspondían con notas numéricas, de manera que una calificación entre 7 y 8,99 equivale a notable. Para el curso que viene los alumnos de 1º, 3º y 6º de Primaria ya no recibirán nota numérica.

¿Son necesarias esas notas numéricas? Yo soy de los del 7, solía sacar esa nota en el colegio. Debo reconocer que en el instituto era más de 6 y en alguna asignatura de 5, de igual manera recuerdo en la facultad ser más de 8 e incluso 9. ¿Qué nos pasa con el ranking? Desde hace años estamos viviendo esa escalada en base a los números… Los diez mejores móviles del año, los diez coches más veloces… El listado de los cien mejores centros educativos… Y un largo etcétera. Esta realidad en algunos trabajos es mucho más amarga, listado de empleados ordenados de mejor a peor con las ventas de los comerciales de una tienda. Listado de logro respecto a los objetivos de una empresa, rankin de tiendas de la misma marca con mejores resultados…

Vivimos en una carrera social en la que nos hemos metido sin darnos cuenta. Ese es el motivo por el que la persona que te atiende dice «cuando te llamen para la encuesta de calidad danos un diez, por favor», y por eso en el kingauto te dicen «mueve el coche atrás para que el ranking de tiempos por cliente no nos perjudique». Tenemos un problema con los números y los sistemas para valorar la efectividad de las cosas. ¿Somos un número?, ¿somos el número de la nota media? ¿el de productos que hemos vendido en el trabajo? ¿la nota media de mis alumnos?

La escuela está para cambiar la sociedad , sería ilógico decir lo contrario. Muchas personas creen que eliminar las notas numéricas hace que el alumno pierda interés, que dejen de esforzarse, o incluso «que se hagan vagos y flojos». Supongo que esas personas piensan igual cuando su jefe les pide todas las mañanas un reporte laboral de resultados y hacen una comparativa de los empleados de esa oficina.

Supongo también que esas personas saben gestionar el estrés laboral que viven tantos y tantos empleados que están rankinizados y con demasiada frecuencia son expuestos en tablas comparativas con sus compañeros. Claro, esos empleados son unos vagos y sin la presión laboral de sus jefes estarían jugando al solitario todo el día. ¿Podemos ser competentes y buenos trabajadores en entornos laborales de baja presión? Yo creo que sí, y además creo que la escuela debe ser un ejemplo para ello.

Si queremos mejorar los empleos del futuro y caminar hacia una sociedad que valore a las personas por lo que aportan debemos avanzar en nuestros sistemas de valoración. Hace miles de años las primeras sociedades empezaron valorando según la fuerza bruta de la persona (medida en alimentos conseguidos), en la edad media según sus destrezas en batalla (medida en victorias y conquistas), desde la revolución industrial según su productividad (medida en números), en la nueva era digital y de la comunicación necesitamos seguir avanzando y mirar más a la persona, a sus competencias, y dejar de valorar en números.

Tú no eres un número , y esos rankings laborales no determinan muchas variables que son necesarias en los empleos. Nuestros alumnos no son tampoco números, y en el aprendizaje hay demasiadas variables que no podemos convertir en números. El nuevo decreto busca humanizar esa evaluación educativa porque no todo van a ser números en la vida.