Fallas sin vacaciones escolares y Semana Santa sin viajes en Valencia

Cierre perimetral y toque de queda para la desescalada de la Semana Santa

Hasta ese momento, los socialistas, con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig , a la cabeza habían tratado de combinar los intereses económicos con los sanitarios en la gestión de la pandemia.

La extrema dureza de la tercera ola del coronavirus , con unas cifras de muertos todavía hoy insoportables , ha situado a la Comunidad Valenciana a la cabeza de la letalidad en España desde que comenzó el año.

En este contexto, Ximo Puig ha diseñado una desescalada de las restricciones más que prudente. La hostelería , que agoniza tras cuarenta días de cierre, volverá a abrir este lunes con el límite de las seis de la tarde y solo en el caso de que los bares y restauranres dispongan de terrazas al aire libre, con un ojo en la cuenta de pérdidas y el otro en la previsión meteorológica. Otros lo tienen peor, como el caso de los gimnasios , que seguirán con la persiana bajada al menos otras dos semanas más.

Con todo, más allá del contenido de los nuevos decretos que entran en vigor este lunes 1 de marzo , la Generalitat pretende que no haya vacaciones escolares en decenas de municipios donde ya están fijadas con motivo de las fiestas de la Magdalena y las Fallas .

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Del temor al impacto que pudiera tener la actividad lectiva en la propagación del coronavirus se ha pasado a un escenario en el que la Generalitat Valenciana considera que el lugar más seguro para los niños y los docentes (y en consecuencia, las familias) son los colegios.

El Gobierno valenciano aboga por no conceder el respiro de las vacaciones de Fallas a alumnos y profesores y por restringir al máximo la movilidad en Semana Santa . Por lo pronto, el cierre perimetral de la Comunidad Valenciana se prorroga a partir de este lunes .

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Ximo Puig y Mónica Oltra no quieren ver a madrileños en nuestras playas en Semana Santa y apuestan por un acuerdo entre todas las autonomías para un autoconfinamiento en las fiestas y un cierre total en toda España. Un pacto que, a la vista de cómo se está desarrollando la desescalada de las restricciones en el resto de España, parece hoy una utopía política.