Ciudadanos abre la puerta a un modelo bicéfalo y da la bienvenida a Vox para derrocar a Sánchez

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha convocado este lunes una reunión conjunta del Comité Permanente y del equipo para la refundación del partido con el objetivo de repasar y ultimar la fase final de los trabajos que este último lleva acometiendo durante los últimos cinco meses: «Se están cumpliendo todos los plazos establecidos», ha señalado al término de esta, el portavoz del equipo para la refundación, Guillermo Díaz, en rueda de prensa. Asimismo ha adelantado que este jueves se celebrará un encuentro con la ejecutiva permanente de ALDE, el Partido Liberal Europeo, que han seguido muy de cerca todo el proceso y quieren «arropar» en esta etapa final de la refundación. Por otro lado, también han acordado la necesidad de una «mayor delegación en los órganos territoriales» de Cs.

La formación de Inés Arrimadas ya dio a conocer hace semanas sus primeras conclusiones políticas -entre ellas, la recentralización de la sanidad y la educación-, pero no ha sido hasta hoy que ha revelado la posibilidad de un cambio de modelo de partido «que separe las funciones orgánicas de las políticas». Una opción que ya habían puesto sobre la mesa dirigentes de peso, como adelantó ABC. Díaz ha insistido así en la necesidad de que las grandes figuras políticas de la formación se centren en exclusiva en «escuchar y estar a pie de calle». El objetivo -ha explicado el portavoz- no es otro sino la «división de tareas y la transversalidad».

«No hay que hacer grandes cambios en las esencias del partido, pero sí plantear nuevos valores y nuevas formas de hacer política», ha explicado Díaz desde la sede nacional, sin entrar mucho en detalles porque «ya se irán contando».

Los de Inés Arrimadas habían dejado claro que lo importante de aquí a enero era dar con banderas propias que generen revuelo en la opinión pública. Ya lo hicieron con las pensiones, por ejemplo, con las que marcaron agenda «por primera vez en siglos». Y ahora pretenden hacer lo mismo con las libertades de expresión, artística y científica: «Queremos poner de relevo la cultura de la cancelación, que no es más que un eufemismo de la 'ley mordaza'», han apuntado desde la sede. Para ello, han convocado un acto político este jueves bajo el lema 'Prohibido prohibir': «La izquierda y la derecha están acostumbradas a dictar morales e intentar imponer determinadas formas de ver la vida a los demás. Basta ya».

Preguntado por la anulación del delito de malversación anunciada esta misma mañana por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, -y que se une a una larga lista de concesiones políticas por parte del Gobierno de Pedro Sánchez hacia el secesionismo- Díaz ha respondido en un tono jocoso que el jefe del Gobierno podría «preguntarle directamente a Junqueras qué delitos piensa cometer para anularlos y adelantar trabajo».

La postura de Cs respecto a las concesiones secesionistas es clara: el Ejecutivo está mareando la perdiz y quiere pegar una puñalada a la democracia española. Eso sí, «quieren pegarla ahora lejos de las elecciones generales con un Mundial [de fútbol] a las puertas y con un parón político de fin de año cerca para que no tenga el coste que saben que tiene» esta decisión. «Si están tan convencidos de que esto es el bien y no tiene repercusión negativa, que lo propongan en abril con las elecciones en mayo», ha sentenciado Díaz.

La única solución viable que ven los de Arrimadas es la moción de censura que ya han instado a Feijóo a presentar en dos ocasiones contra el Gobierno en apenas unos días. No han sido los únicos en plantear esta propuesta; Vox también se ha sumado a ella -aparte de anunciar la futura interposición de un recurso contra el TC y convocar manifestaciones-: «Les damos la bienvenida a las posturas de Cs, pero necesitamos que el principal partido de la oposición se acerque también a nosotros; que rompa el plan de Sánchez y haga suyas las posturas de Cs». Sin embargo, no tienen intención de unirse a las convocatorias de Santiago Abascal, las cuales -afirman- «aprietan y presionan, pero la única solución es la moción de censura». «Es una idea tan buena que hasta Vox nos ha dado la razón».