Sánchez confirma que mañana se aprobarán los indultos del 'procés' para «construir juntos el nuevo país»

El Liceo barcelonés ha sido el lugar escogido por el presidente del Gobierno de España para anunciar públicamente la medida de gracia, que afectará a los nueve condenados por sedición en 2020, una decisión que ya había sido defendida por distintos ministros en las últimas semanas y el PSC poco después de los hechos de 2017. Sánchez lo ha dicho durante una conferencia pronunciada, esta mañana, bajo el título: «Reencuentro: un proyecto de futuro para toda España», y ante varios centenares de representantes de la sociedad civil catalana, invitados para la ocasión, que sin embargo no han llenado la platea del teatro.

El presidente del Gobieno 'ha subido el telón' del teatro de gran significado burgués y conservador para protagonizar la concesión de unos indultos que cuentan con la oposición del PP, Vox y Cs, y la negativa de una gran parte del constitucionalismo asociativo catalán, que no ha sido invitado al acto del Liceo. A las puertas del Liceo, convocados por la Assemblea Nacional Catalana, han recibido a Sánchez activistas secesionistas con abucheos y proclamas a favor de Carles Puigdemont y en contra de Oriol Junqueras.

Sánchez ha justificado los indultos por tres razones, principalmente. El proceso judicial finalizó; el Gobierno está obligado a dar respuesta a las peticiones de indultos, midiendo las consecuencias políticas; y por la pandemia, ha asegurado, pues, en su opinión «el paisaje que nos ha dejado la pandemia nos ha transformado». En esta línea, la propuesta del Ejecutivo para la reconciliación, que no ha concretado, se centrará en trabajar a partir de la concesión de los indultos.

La conferencia de Sánchez ha durando 25 minutos y, en el momento en el que ha anunciado la aprobación de los indultos, uno de los presentes -un joven enarbolando una bandera independentista e identificado como miembro de Arran, las juventudes de la CUP - le ha increpado, gritando a favor de la amnistía para los procesados por el 1-O y acusando a España de ser un Estado fascista. Sánchez ha seguido con su discurso y la seguridad del acto le ha invitado a marcharse,   informa Àlex Gubern.

El presidente del Gobierno también ha tenido palabras para los que se oponen a la medida de gracia. «No ignoro que hay personas contrarias a esta medida, y tampoco ignoro sus razones. Las respeto. Comprendo, más aún, a la parte de la sociedad catalana y española que se oponen a la concesión de estos indultos: personas que se vieron afectadas en su vida cotidiana, en el trabajo, en la familia, con los amigos, por los hechos enjuiciados en la causa del 'procés', ha indicado.

Pero les ha pedido que tengan en cuenta a los que defienden la posición del Ejecutivo, basada más en «las expectativas de futuro que los agravios del pasado», porque «el futuro debe importar más que el pasado». En esta línea, «el Gobierno ha optado por abrir paso a la reconciliación. Al reencuentro. Y creemos que esta medida de gracia abrirá ese camino. Nos dará a todos la posibilidad de comenzar de nuevo y de hacerlo mejor esta vez«, ha añadido.

En esta línea, Sánchez ha dicho que este es el momento propicio para la reconstrucción: «Si hay un momento para unirnos es éste. Este es el momento. Estamos donde estamos, y es desde aquí desde donde hemos de arrancar el camino para recuperar la convivencia y la normalidad. El tiempo no cura por sí solo las heridas, hace falta valor y manos siempre dispuestas a hacerse cargo de nuestro dolor«.

El presidente del Gobierno, que ha citado al inicio de su conferencia al poeta Miquel Martí i Pol y al escritor Juan Marsé, ambos fallecidos, ha apuntado que la situación política, creada por los nacionalistas, es «una realidad que no queremos ninguno pero hemos hecho entre todos» y que «podríamos seguir con el juguete de la discordia o apostar por la concordia».

Sánchez, como hiciera en 2003 José Luis Rodríguez Zapatero, también desde Barcelona (con aquel «Pasqual, apoyaré el Estatuto que apruebe el Parlament»), ha asegurado que «ha llegado la gran oportunidad de resolver muchos de los problemas estructurales que llevan condicionando el progreso económico y social de Cataluña y de España. Es la oportunidad de comenzar a construir juntos el nuevo país que vamos a legar a las futuras generaciones». Y esta oportunidad se debe hacer desde la unión y la Constitución de 1978, ha defendido.