Los interrogantes de la inmigración
No está claro si los españoles quieren que prevalezca una integración orientada a la homogeneidad o a la apertura multicultural
En Europa existen dos tendencias para incorporar a la población inmigrante en la sociedad de los países de acogida. Por una parte, se pretende la homogenización social, y por otra, la apertura hacia la multiculturalidad, según explicó el experto en temas de inmigración, Samir Naïr, ... durante el V Congreso de Dialogo y Acción celebrado recientemente por la Fundación Bertelsmann.
Naïr aclaró que, «no se observa la aplicación de uno u otro modelo de manera completamente opuesta en los países europeos», y agregó que «en realidad, en cada sociedad están actuando los dos movimientos conjuntamente con mayor o menor peso», pero en España, de momento, no se sabe cuál va a prevalecer.
De emigrar a acoger
Lo que está sobre la mesa, según los resultados de la encuesta de la Fundación Bertelsmann, es que a pesar de que el 85% de los españoles afirma tener contacto con los inmigrantes y se muestra favorable a su presencia, e incluso está de acuerdo en que se les otorguen derechos, casi un tercio de la población (31%) es partidario de que se expulse a los que se queden mucho tiempo en el paro, mientras un 68% cree que los inmigrantes deberían mantener sólo aquellos aspectos de su cultura y costumbres que no molesten al resto de los españoles.
En palabras del catedrático Fernando Vallespín, quien dirigió la encuesta, «ahora los españoles ven la inmigración como algo normal». No obstante, no hay claridad respecto a la manera en que aceptan la convivencia futura con los inmigrantes.
Lo evidente es que 50 años atrás España se orientaba a la emigración, y era innecesario plantearse estos temas, pero en los últimos 10 años la inmigración ha pasado del 2,28% de la población, en el año 2.000 hasta llegar al 12,2%, equivalente a 5,7 millones de personas en el 2.010. Por eso la Fundación Bertelsmann ha querido prestar atención entre sus líneas de acción social, a la gestión de la diversidad, con el objetivo de promover el debate sobre las reformas necesarias para desarrollar una sociedad civil activa, en la que se fomenten iniciativas integradoras que impliquen a todos los actores de la sociedad.
Para los expertos es indudable que hay que respetar los derechos fundamentales de los que llegan, como la educación, la asistencia sanitaria gratuita, libertad de religión, entre otros, pero en medio del debate también surgió la necesidad de aclarar hasta qué punto los derechos de los inmigrantes deben ser respetados sin que se creen diferencias legales entre los ciudadanos en general.
Aspectos como la poligamia, los festivos para distintas culturas, la ablación, los matrimonios concertados o el uso del burka son cuestiones que requieren una postura definida. Así como aclarar hasta cuando se les va a llamar inmigrantes a personas que ya han conseguido la nacionalidad o a sus hijos que han nacido en territorio español, a quienes en ocasiones se les adjetiva como inmigrantes de segunda o tercera generación cuando en realidad no tienen ni cabida en la definición de inmigrantes. Según los especialistas, el asunto no es sólo abordar la integración de la inmigración actualmente. El secretario de la Fundación Bertelsmann, Carsten Moser, dijo que «más que ver una fotografía de lo que ocurre hoy, se trata de pensar que habrá muchos más inmigrantes en los próximos 50 años».
Así también lo señaló la presidenta de Bertlesmann, Liz Mohn, quien hizo referencia a los cambios demográficos que se avecinan, y aclaró que «ante todo tenemos que ser capaces de mantener nuestros valores y nuestras culturas, pero también saber aceptar las culturas de los que han llegado y los que vendrán». En todo caso, está claro que hay que definir un modelo de integración, porque como dijo el director del Instituto sobre Migraciones, Etnicidad y Desarrollo Social (Imedes) de la Universidad en Madrid, Carlos Giménez, «no es la cultura lo que nos va a unir, sino las normas que se establezcan para compartir en igualdad de derechos».
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